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viernes, marzo 18

Libros de viajes que hay que meter en la maleta

(Un texto de Jacinto Antón en El País del 27 de julio de 2019. Una lista de sugerencias de libros de viajes para poder salir de casa sin necesidad de coger ningún medio de transporte).

A pie, en barco y en tren; al desierto y a la Antártida; en el pasado y en el presente. Una decena de autores y especialistas en el género recomiendan sus obras favoritas de todos los tiempos, la mejor travesía.

Tiempo otra vez de maletas y de movimiento. Y de nuevo una buena ocasión para llevar con nosotros algún libro de viajes, ese género mestizo que se mueve entre fronteras (¡claro!) tomando de aquí y de allá, del ensayo, de la narrativa, de las memorias, de la crónica, y que ha producido y produce obras de tan distinto signo, entre ellas indiscutibles creaciones maestras. Cada temporada hay estupendas novedades en este campo, porque el género muestra una vitalidad asombrosa; entre los libros recientes que están pidiendo un lugar en nuestro equipaje figuran —si nos cabe— el monumental El tren lunático (Ediciones del Viento), el gran clásico de 1971 de Charles Miller, un libro fundamental sobre la exploración del África Oriental que ha inspirado a toda una generación de escritores de viajes (y viajeros) y que tiene como hilo conductor la construcción del ferrocarril de Mombasa a Nairobi y el lago Victoria (yo lo tomé hace más de 30 años, veías jirafas desde las ventanas, el revisor llevaba guantes blancos y una noche inolvidable, el tren paró en medio de la nada, descendimos en una remota y abandonada estación y en el viejo letrero ponía una sola palabra: "Tsavo"; por supuesto volvimos a subir a toda prisa antes de que nos olfatearan en aquella atmósfera espectral los fantasmas de los célebres leones devoradores de hombres cazados in extremis por el coronel Patterson). El libro explica esa aventura de las fieras que, comiéndose a los obreros, paralizaron durante un tiempo la construcción de la vía férrea, y muchísimas más: la magna obra de ingeniería, de más de 1.000 kilómetros, realizada en un África todavía muy ignota, costó seis años de azares y peligros, incluidas muchas muertes, descarrilamientos, guerras, ataques de animales salvajes y enfermedades.

Otro de los libros notables que les decía es también sobre África, Congo (Taurus), de David Van Reybrouck, una obra que recorre la historia del desdichado país desde la prehistoria hasta la actualidad, pasando por el comercio de esclavos, la tenebrosa colonización belga, la descolonización y las guerras. La aportación principal del libro es que el autor ofrece la perspectiva de los congoleses —de dictadores a niños soldado, ancianos, campesinos, comerciantes o artistas—, un fresco que mezcla la historia, el periodismo, la literatura y, por supuesto, el viaje.

Son solo dos propuestas de novedades. Están también el viaje a Homero que propone Sylvain Tesson en Un verano con Homero (Tatums), y El río de la música, el trayecto mitómano por el bajo Misisipí, de Memphis a Nueva Orleans, del crítico musical Miguel Jurado. Pero para confeccionar una lista definitiva de libros de viajes, Babelia ha pedido a una decena de especialistas en el género que elijan su obra favorita de todos los tiempos. Entre esos especialistas hay autores y también editores, y todos han empezado por decir lo mismo: "¡Un solo título, imposible!".

Como un género que se honra a sí mismo, la lista se abre con uno de sus grandes representantes, Colin Thubron  —el autor de En Siberia y otros títulos señeros de la literatura nómada—, que recomienda El tiempo de los regalos, de Patrick Leigh Fermor (¡cómo discutírselo!), y se cierra con la editora Anik Lapointe, a la que debemos

la publicación en España de grandes títulos de la narrativa de viajes como los del propio Paddy, Wilfred Thesiger o el mismo Thubron. Lapointe elige, cerrando el círculo, una obra de éste, El corazón perdido de Asia, sobre su viaje por las repúblicas de la extinta URSS —añade En Siberia—. En la selección, hay mucho que era cantado: ¿cómo no iba Patria Almarcegui, una de nuestras más sensibles escritoras viajeras, autora de Una viajera por Asia Central y Escuchar Irán, a elegir un libro de esa voz que resuena tanto en la suya que es la de la conmovedora, desgarradora Annemarie Schwarzenbach (el "ángel devastado" de Thomas Mann)? y escoge nada menos que Muerte en Persia, un verdadero tesoro de poesía y melancolía.

Que otra buenísima escritora, María Belmonte, autora de Peregrinos de la belleza y Los senderos del mar, recomiende Desde el Monte Santo era también bastante predecible. La escritura de Belmonte, viajera culta y apasionada, se aviene estupendamente con la de William Dalrymple. Pilar Rubio, editora de La Línea del Horizonte, que publica y recupera títulos espléndidos del género (el diario ártico de la mujer de Peary ó la Crónica japonesa, de Nicolas Bouvier, uno de los grandes del género), escoge asimismo un gran clásico indiscutible, El leopardo de las nieves, de Peter Matthiessen.

Xavier Moret, que está triunfando en catalán con su novela Formentera Blues, un caso de asesinato en la isla con, precisamente, mucho de libro de viajes, recomienda uno de los clásicos más divertidos y gamberros, aunque terrible en el fondo, El peor viaje del mundo, de Apsley Cherry-Garrard, uno de los hombres del capitán Scott. Jordi Esteva, fotógrafo, cineasta y escritor, autor de Socotra, la isla de los genios y Los árabes del mar, escoge otro título famoso, El Nilo azul, de Alan Moorehead (que hace pareja con El Nilo blanco, del mismo autor), libro que considera iniciático. Pep Bernadas, fundador de Altak y apasionado viajero, se inclina por una delicatessen, El otro Kioto. El decano Javier Reverte, que nos ha llevado a recorrer el mundo y prepara ahora un libro de viaje literario sobre Sicilia, Venecia y Trieste, sorprende escogiendo un título de Mark Twain, Inocentes en el extranjero.

Pero las verdaderas sorpresas vienen de la mano de Gabi Martínez y Philip Hoare. El primero, uno de nuestros viajeros más literarios (y arriesgados), elige ¡Los siete pilares de la sabiduría!, la opus magna de T. E. Lawrence, que, si bien se piensa, es, además de todo (incluido un libro de poesía y un manual sobre cómo volar locomotoras turcas), sin duda, un gran libro de viajes. Hoare, viajero empedernido, selecciona un título no menos inesperado en este contexto, Moby Dick (que está de aniversario: 200 años del nacimiento de su autor, Herman Melville), aunque por supuesto esperable del autor de Leviatán y El mar interior.

En esta lista faltan por supuesto muchos grandes títulos y nombres (añadamos, venga, el último libro de Jan Morris, a los 91, la gran madre de todos los viajes: In My Mind's Eye, sus deliciosos pensamientos peripatéticos, incluido el de que tras hacer de cronista de la expedición que conquistó el Everest debió ir también con el Apollo 11: no podemos estar más de acuerdo), pero la calidad de los que están es indiscutible. Así que tomen nota, y ¡feliz maleta viajera!

El Nilo azul - Alan Moorehead

Jordi Esteva - El libro que me convirtió en viajero

Tras la temprana lectura de El Nilo azul, de Alan Moorehead, quedé hechizado por sus innumerables historias. Me inquietaron las costumbres de los afar de Djibouti y sus collares con testículos de los enemigos ofrecidos como dote. Las ceremonias de trance en Etiopía que reencontraría en El África fantasmal, de Leiris, y, en cierto modo, en las cartas de Rimbaud desde la misteriosa Harar. Me impresionó la gesta de los mamelucos, la casta de esclavos guerreros que dominaron El Cairo, al servicio de la Sublime Puerta, y cómo Mohamed Alí, el creador del Egipto moderno, acabó con ellos poniendo fin a la oscura y larga noche egipcia. Alan Moorehead hablaba también de los exploradores británicos en busca de las fuentes del Nilo, que descubrían para el imperio cataratas, ríos y montañas conocidos naturalmente por los habitantes y que desde siempre tuvieron nombre. Con El Nilo azul revivía los momentos de soledad de la infancia cuando, rodeado de atlas y mapas, viajaba sin salir de la habitación. Meses después de su primera lectura partí a Sudán en busca de un primo cineasta perdido como Kurtz, en el corazón de la región de Ecuatoria, al que jamás encontré. No he vuelto al libro que me puso "un petardo en el culo" lanzándome al mundo. No me atrevo. ¿Demasiado británico y colonial, perhaps?

El leopardo de las nieves - Peter Matthiessen

Pilar Rubio - A pie por el Himalaya

Elegir solo un título, ¡buf!, qué difícil en un género tan versátil, condenado, como el dragón, a escribir con sus ocho cabezas. Elijo El leopardo de las nieves por su hondura esencial y por evitar florituras formales. Han pasado 40 años desde su publicación y parece que el tiempo aún es capaz de otorgarle más y más volumen. Es, sobre todo, una radical elegía a la comunión con el lugar ("estoy aquí para estar aquí") y, como es una sutilísima introducción a la filosofía budista, resuelve en su prosa la fusión de dualidades: se está dentro de sí tanto como se está en el afuera del mundo. Todo es uno. Es también el relato de una experiencia sublime, como es la de caminar dos meses por las regiones de Dolpo en el Himalaya con una mirada afilada y lúcida, y es también literatura del yo sumido en un reciente duelo y la búsqueda de sentido. Literalmente este viaje le cambió la vida a Matthiessen y muestra cómo nos la puede cambiar a los demás.

Los siete pilares de la sabiduría - T. E. Lawrence

Gabi Martínez - La obra total

Si aceptamos Los sertones, de Euclides da Cunha, o los Viajes de Ali Bey como libros de viaje, podemos convenir que Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, escribió la que para mí no es solo una obra maestra del género, sino el libro total: Los siete pilares de la sabiduría. El pequeño —llegó a pesar 42 kilos— arqueólogo y coronel británico, encargado de liderar la guerra de guerrillas árabe frente a los turcos durante la I Guerra Mundial, narra la campaña que le lleva a cruzar el desierto desde el mar Rojo hasta Aqaba. Para sobrevivir, debe entender tanto al desierto como a sus moradores, y se aplica y arriesga de tal modo en la inmersión que igual atiende a los días que aguanta un camello sin agua que a mapear la geografía antes de asaltar un tren o a analizar antropológicamente a los árabes para comandarlos mejor. Conoce extremos del sexo y la sed y eleva la obra a una cota aún más memorable al reflejar cómo su propia psicología cambia, introduciendo a su vez la intriga sobre cómo resolverá un gran dilema moral: ¿traicionará al pueblo que ha confiado en él? La cantidad de temas abordados, la potencia de las paradojas, el choque cultural y el desnudo del espacio y las almas hacen de Los siete pilares de la sabiduría, ya está dicho, el libro total. Que, por supuesto, es "de viajes".

El peor viaje del mundo - Apsley Cherry-Garrard

Xavier Moret - Humor a 56 grados bajo cero

Me encanta este libro porque narra un duro viaje a la Antártida con un humor muy inglés. Ya desde las primeras líneas, el autor lo deja claro: "La exploración polar es la forma más radical y al mismo tiempo solitaria de pasarlo mal que se ha concebido (...). Se está más solo que en Londres y más apartado que en cualquier monasterio, y además el correo no llega más que una vez al año". Cherry-Garrard describe con maestría esta odisea, realizada entre 1910 y 1913, en la que tuvo que soportar temperaturas de hasta 56 grados bajo cero que le hicieron llegar a considerar a la muerte "como una amiga". Su relato de cómo arriesgó la vida para llevar a Inglaterra tres huevos de pingüino emperador es de antología, sobre todo cuando, a la vuelta, los conservadores del Museo de Historia Natural de Londres lo reciben con una frialdad que supera la de las tierras polares. Un gran libro, sin duda, al que me gusta volver de vez en cuando para deleitarme con la aventura y el estilo del gran Cherry-Garrard.

El otro Kioto - Alex Kerr y Kathy Arlyn Sokol

Pep Bernadas Paseos por Kioto

Durante un paseo por la ciudad vieja de Kioto, la escritora Kathy Arlyn Sokol le dijo al niponólogo Alex Kerr: "Ojalá tuviésemos por escrito las cosas que cuentas mientras caminamos por estos templos", y ambos decidieron hacer un libro con lo mejor de sus conversaciones, grabadas metódicamente durante años. Así nació esta pequeña maravilla titulada El otro Kioto, escrita por ambos autores y publicada ahora en España por Alpha Decay. Transmite en sus páginas la visión intimista que tienen de su ciudad quienes la habitan y conocen a fondo: artistas, monjes zen, sacerdotes sintoístas y buenos conocedores de sus raíces históricas y tradicionales. Nada que ver con el lenguaje ni el contenido de las guías turísticas y, sin embargo, un libro imprescindible para descubrir el Kioto inmanente que escapa a la mirada de la industria turística.

El corazón perdido de Asia - Colin Thubron

Anik Lapointe Gran literatura

Cada vez que voy a Londres acabo en Daunt Bookshop, la librería de mis sueños. En ella fui descubriendo a la gran mayoría de los maestros de la literatura de viajes, escritores a los que estoy doblemente agradecida porque me abrieron de una sola tacada las puertas de dos mundos: el literario y el viajero. En Daunt Bookshop, con su inmensa vidriera, tienes la sensación de estar ante la entrada de una cueva luminosa que esconde los secretos más recónditos de los seres más intrépidos. Una cueva organizada por países, que me permitió descubrir, en la década de los noventa, los libros de Colin Thubron, singularmente El corazón perdido de Asia (1994), un fabuloso viaje histórico, cultural y literario por las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central, y En Siberia (1999), su shakespeariano y magistral retrato del Gulag soviético, de los pueblos y regiones aún traumatizados tras la disolución de la URSS. Desde entonces, la prosa precisa de Colin Thubron, y su mirada única para evocar civilizaciones silenciadas por el polvo del tiempo, me han ayudado a surcar el espacio y el tiempo y a entender mucho mejor el mundo de hoy y el de ayer.

El tiempo de los regalos - Patrick Leigh Fermor

Colin Thubron - La libertad de caminar

Mi libro favorito de literatura de viajes es uno más bien convencional, El tiempo de los regalos, de Patrick Leigh Fermor. Este paseo a pie a través de Europa en 1933 y 1934, desde Holanda hasta Hungría, fue escrito 40 años después del viaje, pero El tiempo de los regalos recupera un espíritu de libertad juvenil que ha inspirado a generaciones con su sueño de autorrealización a través del viaje. Leigh Fermor siguió hasta completar (casi) su trilogía de libros sobre su viaje a Estambul, pero nunca capturó del todo la exuberancia del primer volumen. Quizá porque le robaron sus notas en ruta en Alemania, así que El tiempo de los regalos fue escrita de manera menos autoconsciente que las otras dos partes, brotando de una memoria prodigiosa.

Moby Dick - Herman Melville

Philip Hoare - Aventura y actualidad

El libro más subversivo, extravagante y divertido acerca de la ballena y el mar que uno pueda haber leído nunca es Moby Dick. ¿No me creen? ¿No creen que un libro de 1851 pueda impactarnos? Por favor, déjenme asegurarles que este es un excelente momento para meterlo en la maleta (¡aunque tenga 135 capítulos!). Por una razón, este año es el bicentenario de Melville (nació el 1 de agosto de 1819), así que merece un regalo, el de la atención y la admiración de ustedes. Es un libro que pronostica un futuro de cambio climático y extinción y satiriza a los políticos continuamente (el capitán Ahab como un líder estadounidense loco que anda suelto —¿a quién podría recordarnos hoy eso?—). El libro celebra el primer matrimonio gay interracial (el narrador, Ismael, se casa con Queequeg, el isleño del Pacífico tatuado). Y, al final... Bueno, tienen que verlo. Moby Dick es el más grande, más acuoso, más ballenero viaje de aventura del mundo moderno, exquisitamente escrito, fantásticamente imaginado, y una vez enganchados no serán capaces de soltarse. Cambiará sus vidas para siempre. Los llevará a los más lejanos confines de la Tierra, y algo más. Yo lo leí y acabé en el océano más allá de las Azores, mirando a una ballena a los ojos. ¿Qué otra obra puede llevar a semejante gloriosa y transportadora locura?

Muerte en Persia - Annemarie Schwarzenbach

Patricia Almarcegui - Una mujer se fija en las mujeres

¿Un solo libro de viajes? Elijo Muerte en Persia, de Annemarie Schwarzenbach, pero no puedo dejar de citar Los viajes de Ali Bey, de Domingo Badía, primer occidental en llegar a La Meca y fuente principal de los viajeros europeos posteriores a Oriente. Dicho esto, el libro de Schwarzenbach es fundamental por varias razones. El viaje le permite reflexionar y hablar de la condición femenina y de género gracias a las mujeres que encuentra. Una mujer se fija en las mujeres, y los libros de viaje escritos por hombres apenas lo hacen. Schwarzenbach es además escritora. La experiencia del viaje la obliga a tensar y a forzar el lenguaje al máximo, y Muerte en Persia presenta una poética y retóricas abrumadoras. Su descripción de Irán es única; identifica el exotismo del país y lo ajeno que resulta. Sin embargo, acaba reconociéndose en dicho extrañamiento, el mismo que siente en su interior ante la vida y la época ("ángel devastado" la llamó Thomas Mann). Exterior e interior coinciden. Son las paradojas del viaje, a veces hay que irse muy lejos para encontrarse.

Inocentes en el extranjero - Mark Twain

Javier Reverte - Pensar, soñar, reír

Creo que el verano es una buena ocasión para leer un libro de 1870 que no ha pasado en absoluto de moda: Inocentes en el extranjero, de Mark Twain. El escritor tenía 35 años cuando publicó este relato sobre su periplo en crucero por Europa y Tierra Santa, y en su trabajo se aprecian, sobre todo, dos de las mejores cualidades del autor: la capacidad descriptiva del entorno y su agudo sentido del humor, a veces hilarante. Es un libro que hace reflexionar, soñar con viajes y reír a mandíbula batiente. ¡Qué difícil mezcla, sólo al alcance de los genios! Dice, por ejemplo, del curso del Arno, en Florencia: "Sería un río agradable si le añadieran agua". Pura literatura, puro viaje.

Desde el Monte Santo. Viaje a la sombra de Bizancio - William Dalrymple

María Belmonte - Espíritu meridional

Hay muchos libros de viajes buenos, pero hay uno extraordinario: Desde el Monte Santo. Viaje a la sombra de Bizancio, de William Dalrymple. En 1994 Dalrymple emprendió un viaje tras las huellas de Juan Mosco, monje bizantino que en el año 578 partió en peregrinaje por el Mediterráneo oriental para recoger la sabiduría de los padres del desierto, de los sabios y los místicos del Oriente bizantino. En Constantinopla escribió un libro titulado El prado espiritual, donde relató las anécdotas e historias sagradas más memorables de su periplo, para, después, morir de agotamiento. Siguiendo sus huellas, Dalrymple nos lleva de viaje desde el Monte Athos a Turquía suroriental, pasando por Líbano, Siria y Palestina hasta llegar al desierto de Egipto, mientras nos narra la dramática situación de los cristianos en Oriente Próximo. El libro está salpicado de peripecias personales de todo tipo: peligrosas, absurdas y divertidas.

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