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viernes, diciembre 1

Zaragoza desconocida: Tumba de Jerónimo Xavierre - el recuerdo del cardenal

(Un texto de Ángel M. Gregoris en el Heraldo de Aragón del 12 de octubre de 2013)

El sepulcro del cardenal Jerónimo Xavierre está ubicado en la iglesia de Santiago el Mayor desde 1915. Tras su muerte en 1608 fue enterrado en el convento de la plaza de Santo Domingo y dos años después se construyó un mausoleo de alabastro por valor de 1.000 escudos que estaba presidido por una estatua en tamaño real del cardenal de rodillas y en actitud orante.

En el brazo derecho de la iglesia de Santiago el Mayor en Zaragoza se levanta el sepulcro del cardenal Jerónimo Xavierre desde el 16 de octubre de 1915, fecha en la que fue trasladado tras varias ubicaciones anteriores. El cardenal nació en Zaragoza en el año 1546 y murió en Valladolid el 2 de septiembre de 1608, a sus 62 años. Durante mucho tiempo fue un gran defensor de la Universidad de Zaragoza a raíz del «largo y ruidoso pleito» llevado a cabo con la Universidad de Huesca, según la biografía publicada por Tomás Echarte.

Tras su muerte y una vez trasladado el cuerpo a su ciudad natal, Xavierre fue enterrado en una gran ceremonia en la Sala Capitular del convento de la plaza de Santo Domingo, donde él se había formado. La tumba ocupó un puesto de honor en la sala y el 25 de noviembre de 1610 Diego Fecet y el escultor Juan de Acudo firmaron un contrato para construir un mausoleo de alabastro de 1.000 escudos de valor. El sepulcro, que fue un obsequio del Padre Luis Aliaga, estaba presidido por una estatua del cardenal de rodillas y en actitud orante.

Destrozos en la tumba

Dos siglos después, en 1835, la iglesia y el convento fueron abandonados debido a la ley de desamortización, pero los restos mortales de fray Jerónimo permanecieron allí hasta 1865, según los documentos de Echarte. El libro de la iglesia Santiago el Mayor resalta que la Revolución de 1868 destruyo todo signo religioso del convento, acabando con «la bella imaginería del sepulcro».

Antes de la demolición del lugar, la Real Academia de San Luis recogió los despojos del monumento y los depositó en el Museo Provincial. Asimismo, los restos mortales del cardenal fueron guardados por Jerónimo Borao, el rector de la Universidad de la Magdalena, que se hizo cargo de ellos, depositándolos en una caja de madera labrada en la Capilla Cerbuna. En este lugar permanecieron bien custodiados hasta que fueron trasladados en 1915 al templo de Santiago donde ahora se encuentran. Para ello, según la biografía realizada por Echarte, se reconstruyó el mausoleo con lo recogido del Museo, manteniendo sus detalles de estilo barroco aragonés, debido a que estaba un poco deteriorado.

El acta de traslado e inhumación de los restos del cardenal resalta que a las 10.30 se reunieron en el salón rectoral de la Universidad representantes de la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, de la Universidad Literaria y Reverendos Padres Dominicos para reconocer los restos mortales de fray Jerónimo Xavierre.

Cambios en el sepulcro

El mausoleo no se reconstruyó exactamente igual que como estaba en 1610. Así, la figura orante del Cardenal no se encuentra ya en el centro del monumento, pero los historiadores ignoran si en el año de su traslado se llegó a colocar allí. Además, las dos estatuas de santos dominicos de las esquinas también fueron reconstruidas y en la parte superior se encuentra el escudo de la familia de fray Jerónimo Xavierre, que, según la biografía del cardenal, era de origen navarro.

Las más de diez calaveras y huesos que adornan el sepulcro no tienen otro significado que el de la muerte. En el año 2008, con motivo del cuarto centenario de la muerte del cardenal se bendijo e inauguró el busto que se encuentra encima de la tumba. Este es obra del escultor Santiago Osácar y se realizó con la participación de la comunidad de los padres dominicos de Zaragoza.

Debido a las dudas sobre la identidad de los restos, el párroco Ramón Zapater pidió al Secretario diocesano que se abriese el sepulcro. El párroco, dos padres dominicos, el antropólogo de la DGA y el delegado del Patrimonio Artístico Diocesano, estaban presentes durante la exhumación en la que se halló un arcón, que contenía una arqueta de madera labrada con la cerradura intacta. El 29 de septiembre de 1992 el antropólogo presentó un resultado positivo de su investigación y los restos del cardenal se reinhumaron de nuevo en su sepulcro de la iglesia de Santiago el Mayor.

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