El niño que tenía miedo de los animales
(Leído en Fogonazos. Lo peor es que esto ocurrió de verdad...¿no os recuerda a "Un mundo feliz"?)
Cuando el psicólogo estadounidense Hall Beck comenzó su investigación sobre el pequeño Albert pensó que quizá tendría un final feliz. Pero hay pocos finales felices en la historia de la psicología de principios del siglo XX. El caso de aquel bebé sometido a las pruebas del doctor Watson se sigue enseñando en las facultades como uno de los excesos más siniestros del Conductismo, y su destino ha sido una incógnita durante años hasta que Beck ha atado todos los cabos y ha desvelado el desenlace en American Psychologist.
En 1920, cuando comenzaron los experimentos, el pequeño Albert era un bebé de nueve meses. El doctor John B. Watson y su ayudante Rosalie Rayner tomaron al hijo de una de las enfermeras de su universidad sin su consentimiento y le sometieron a todo tipo de pruebas para condicionar su conducta de la manera en que Pavlov había condicionado a sus perros.
En una primera fase de los experimentos, cuyas grabaciones aún se conservan, el doctor enseñaba al bebé una serie de animales y objetos para demostrar que no le producían ningún temor. Después, mientras el chico se familiarizaba con una pequeña rata blanca, la asistente producía un ruido estruendoso con una barra metálica detrás de su cabeza, de modo que el niño asociara la presencia del animal con el terrible susto.
En las siguientes sesiones, los experimentadores descubrieron que el niño no sólo lloraba ante la simple visión de la rata, sino que reaccionaba con el mismo miedo ante los otros animales como conejos, perros y monos que antes no le asustaban. Y Watson tomó aquel resultado como parte de la demostración de que el condicionamiento de Pavlov también funcionaba en humanos.
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