Cuestión de números

(Un artículo de Lorenzo Silva en el Heraldo de Aragón del 4 de septiembre)

En números redondos, en España vivimos 46 millones de personas.

Según las cifras oficiales, de esos 46 millones, tan solo 15 tiene empleo y (concedámoslo) ponen productos y servicios en el mercado. Los 31 restantes, en más o en menos, se nutren de lo generado por los anteriores. Unos 3,2 millones son empleados públicos: también generan riqueza, pero no en condiciones de mercado, por lo que hay que allegar recursos de todos, financiados por vía tributaria, para retribuirlos. Entre 4 y 5 millones están en paro, recibiendo subsidios o no. Unos 8 millones son pensionistas y los sostiene la Seguridad Social, con lo que en su día cotizaron y con las cotizaciones actuales. Otros 8 millones son menores de edad, y todos convendremos en que su tarea es formarse bien.

Queda un remanente de 7 millones de adutos que, por decisión propia o por circunstancias, ni siquiera representan parte de nuestra ppoblación activa. Ésta se situa en torno al 60%. En Alemania es del 80% sobre una población total que dobla la nuestra. Considerando que su productividad es mucho mayor, se entiende por qué su econoía es muchísimo más potente.

Lo anterior admite algunas precisiones. La que se deriva de la economía sumergida, que aporta un número suplementario de trabajadores imposible de medir. O la que implican las amas de casa, ue aún sin empleo generan un valiosísmo servicio a la sociedad. Pero uno creía que estábamos tratando de ser un país homologable a los de nuestro entorno [...]