Nietzsche vs Wagner
(Extraído de un texto de Álvaro Cortina en El Mundo del 3 de
febrero de 2013)
Cuando Friedrich Nietzsche ingresó en su célebre
estado de locura irreversible, conservaba, en su pensión de Turín, las pruebas
de imprenta de un opúsculo inminente. Los biógrafos nos aseguran de que más allá
del 2 de enero de 1889 no estaba en condiciones de corregir ni de leer nada,
así que Nietzsche contra Wagner.
Documentos de un psicólogo es un libro medio póstumo. El último fruto de un
año final muy prolífico. Poco antes había publicado El caso Wagner. Un problema para los amantes de la música. Su gran
maestro, el operista alemán Richard Wagner, hacía tiempo que había muerto, pero
seguía lanzando dicterios contra sus obras y su legión de seguidores. Leemos en
Nietzsche contra Wagner: «Sería de
desear, en efecto, que el Parsifal de Wagner se tomase de forma jocosa, en
cierto modo como una pieza conclusiva y un drama satírico con el que el Wagner
trágico hubiese querido despedirse de manera digna y decorosa de nosotros, de sí
mismo, y sobre todo, de la tragedia, es decir, con un exceso de suprema y muy
malévola parodia de lo trágico mismo (...) Parsifal es un tema de opereta par excellence... ». […]
Como introducción […]la cuestión de la ruptura entre
el filósofo y el compositor, en 1878. Año en que publicó Humano, demasiado humano, donde Nietzsche, que había ensalzado a
Wagner como nuevo Esquilo alemán, acaba de mudar de piel. El pensador acusará
al maestro de «refugiarse en la trascendencia» y de «decadente ». Si la «la
tetralogía del Anillo es la obra de arte del futuro», Parsifal, la última ópera
de Wagner, es la obra de la «redención cristiana». La historia del Grial, el
agónico rey Amfortas, el casto Parsifal y el mago Klingsor sería la genuflexión
ante la Cruz. […] algunos pormenores históricos para indagar en la ruptura: en
particular la empresa del festival de Bayreuth y el chasco que supuso para
Nietzsche. […]
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