La muerte de Ramiro I
(Un texto publicado en el quincenal de la Universidad de
Zaragoza en diciembre de 2010)
La Historia de los reyes de Aragón está unida, para
su desgracia, a la muerte en circunstancias violentas o en batalla. Muchos de
los monarcas aragoneses, en especial los primeros, perecieron en refriegas encuadradas
dentro de la Reconquista y expansión de su reino.
El primer Rey de Aragón, Ramiro I, fue el encargado
de abrir esta trágica manera de finalizar sus días de reinado. A pesar de que
la historia está oscurecida por la falta de información escrita sobre los hechos
acaecidos en la Alta Edad Media, los historiadores reconocen que su final fue
brutal y nada principesco.
Corría el año 1063, aunque algunos expertos hablan
de 1069, cuando murió el primer monarca aragonés. Sobre la fecha concreta, también
existe la duda, ya que mientras que unos hablan de mayo, otros historiadores
indican que su deceso fue enero o febrero.
En lo que sí parece haber consenso es en dónde falleció,
la localidad oscense de Graus, y el arma que le mató, una lanza clavada en su cabeza.
Ramiro I de Aragón intentó repetidas veces apoderarse de Barbastro y Graus,
lugares estratégicos que formaban una cuña entre sus territorios. En la
primavera de 1063 comenzó a sitiar Graus lo que motivó el enfrentamiento entre
las tropas aragonesas y las de Al-Muqtadir de la Taifa de Zaragoza, que contó
con el refuerzo del infante Sancho de Castilla.
Sobre el resultado de la batalla también hay divergencias,
lo que si que parece que ocurrió es que un soldado árabe, llamado Sadaro o
Sadada (en esto también dudas), que hablaba romance y que, acercándose al Rey,
disfrazado de cristiano, le clavo una lanza en el rostro. Tras darle muerte,
provocó el pánico gritando que el Rey habla fallecido. La alarma fue tal que
abandonaron el campamento y emprendieron la fuga quedando el monarca malherido,
quien abdicó en su hijo para posteriormente morir.
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