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martes, mayo 28

Paraísos ‘vintage’ en NY



(Un artículo de Irene Crespo en el suplemento dominical del Periódico de Aragón del 14 de abril de 2013)

En abril, mercadillos mil. Algo así debe de decir el refranero popular de Nueva York. Tras meses de temperaturas bajo cero y pocas horas de sol, con la primavera orecen los árboles de Central Park y, sobre todo, los mercadillos. Por toda la ciudad, más de 15 bazares callejeros abren los fines de semana entre abril y octubre (algunos incluso todo el año, llueva o nieve). Los hay a cubierto, en exterior, con vistas, grandes, pequeños, nocturnos, con comida o sin ella. Pero siempre dedicados a apoyar al productor y artesano local y, por supuesto, consagrados a la admiración por lo vintage. Ya sean muebles, ropa y complementos realmente antiguos… o con apariencia de antiguos: el revival retro y la influencia Mad Men siguen triunfando. Y en Nueva York, probablemente, más que en ningún otro sitio.
Desde el moderno barrio de Williamsburg, en Brooklyn, los hipsters de distinto pelaje (y bigote) han sido los responsables de este boom de mercadillos. Brooklyn Flea, los fundadores del que tiene las mejores vistas de Manhattan y de algunos de los más concurridos (Fort Greene Flea, Smorgasburg -el mejor para comida en East River State Park- o Dumbo), celebraron en abril su quinto aniversario, sumando cada vez más vendedores, siempre artesanos locales, para promocionar la interesante vida y actividad del barrio. Muebles reformados de antiguos almacenes y fábricas, joyas únicas, chapas y chaquetas de la II Guerra Mundial, bolsos de firmas con más de 30 años y las mejores pizzas o tacos de la ciudad se pueden comprar en cualquiera de sus localizaciones.

   Una de las más impresionantes es la del mercadillo de invierno que da el relevo ahora, en el antiguo banco de Williamsburg: los puestos se amontonan en la vieja caja de seguridad o detrás de las ventanillas art déco.

   A Manhattan también ha saltado esta fiebre de compras callejeras. Entre los mercados más representativos se encuentra el de Hester, en el Lower East Side. “Nuestros vendedores son todos artesanos, coleccionistas, gente apasionada por un proyecto creativo”, dicen sus organizadores, que apuestan también por incluir puestos de comidas pertenecientes a “jóvenes y nuevos restaurantes”.
Un ejemplo es el Artists & Flea, que vuelve a abrir esta temporada en el Chelsea Market una sucursal del perenne en Williamsburg. Están más dedicados a productos nuevos y a jóvenes artesanos, pero si lo que se busca es cacharrería, las joyas de la abuela o el abrigo del abuelo, los mejores están en Hell’s Kitchen y en el Green Flea de Upper West Side, donde cada domingo los jubilados de la zona montan sus puestos en el patio y en los pasillos de un instituto. Porque los mercadillos no son solo cosas de modernos.
Brooklyn Night Bazaar
El mercadillo nocturno abre este año por primera vez durante la temporada de primavera-verano: tiendas, comida, conciertos, etcétera. La localización aún es secreta. (bkbazaar.com)
Hell’s Kitchen y Antiques Garage
Se puede ver y adquirir ropa, juguetes y muebles de segunda mano durante todo el fin de semana. (www.hellskitchenfleamarket.com)
Green Flea en Columbus Avenue
Es el mejor para rebuscar entre recuerdos de auténticos coleccionistas neoyorquinos, y de paso conocer un instituto americano. (www.greenfleamarkets.com)
Artists & Fleas
Este mercado de Williamsburg está abierto todos los fines de semana. En abril abrieron su sucursal dentro del Chelsea Market. Es el mejor para joyas y complementos. (www.artistsandfleas.com)

Hester Street Fair, en Lower East Side
Con artesanos, coleccionistas y jóvenes restauradores, es tan moderno y animado como su vecino al otro lado del East River. (www.hesterstreetfair.com)
Winter Flea
Abierto de octubre a marzo en el espectacular antiguo banco de Williamsburg, casi todos sus vendedores ahora se trasladan a los mercadillos de primavera. (www.brooklynflea.com)