Una anécdota reveladora

(Leído en un artículo de Xavier Antich en La Vanguardia del 10 de junio)

Claude Lanzmann ha dejado, en su magnífico libro de memorias, La liebre de la Patagonia (Seix Barral), una imagen poderosa. Se trata de un comentario a raíz de la filmación de ese monumento cinematográfico, cultural y ético que es Shoah. En concreto, cuando se preguntaba cómo filmar Chelmno, el primer campo de exterminio nazi. Hurgando entre los vecinos polacos de aquel campo, Lanzmann encontró a la mujer del maestro nazi de Chelmno, que había sido testigo del trasiego sin fin de los camiones de gas, y que, treinta años después, no sabía exactamente cuántos judíos habían sido asfixiados en ellos: no recordaba si 4.000, o 40.000, o 400.000 (!). Cuando Lanzmann le confirmó que fueron 400.000, ella, glacial, impasible hasta la indiferencia, le respondió: “Sí, estaba segura de que había un 4”. [...]