(Leído en la revista Quo de enero del 2007)
John Wayne encarnó al héroe americano por excelencia. Por
eso, en 1950 el dictador soviético Josef Stalin ordenó asesinar al actor para
minar la moral del pueblo estadounidense, tal y como revelan los documentos que
ha sacado a la luz el historiador Michael Dunn. El KGB contrató a dos asesinos a
sueldo; pero la conspiración fue desmantelada por el FBI, y Wayne sobrevivió así
a Stalin, quien falleció en 1953. Ese año, el poeta chileno Pablo Neruda
compuso una elegía al dictador en la que proclamaba: "Stalin es la luz del
mediodía/ la madurez de los hombres y los pueblos”. Poco después, el poeta,
embarcado en una campaña por la paz mundial, se entrevistó con el científico J.
Robert Oppenheimer, "el padre de la bomba H”: ¿Un rizo del destino? Tal
vez, porque John Wayne falleció en 1979 víctima de un cáncer del que enfermó,
según algunos biógrafos, por exponerse durante años al efecto de las
radiaciones mientras rodaba sus westerns
en el desierto de Nevada muy cerca de donde Oppenheimer realizó las primeras pruebas
nucleares.
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