Cuento
(Leído en la columna de
Paulo Coelho en el XLSemanal del 14 de noviembre de 2010)
Un viejo rey de la India
condenó a un hombre a la horca. Nada más concluir el juicio, el condenado
pidió:
-Su majestad es un
hombre sabio y curioso respecto a todo lo que sus súbditos son capaces de
hacer. Respeta a los gurús, a los sabios, a los encantadores de serpientes, a
los faquires. Pues bien: cuando yo era niño, mi abuelo me transmitió cierta técnica
para hacer volar a un caballo blanco. No existe nadie más en este reino, que
sepa hacer tal cosa, así que mi vida debería ser respetada.
El rey ordenó
inmediatamente que trajeran un caballo blanco.
- Necesito pasar dos
años junto con este animal -dijo el condenado.
- Tienes dos años, pues
- respondió el rey, desconfiando-. Pero si el caballo no aprende a volar, serás
ahorcado.
El hombre salió de allí
con el caballo, más alegre que unas castañuelas. Cuando llegó a su casa, se
encontró a toda su familia deshecha en lágrimas.
-Pero, ¿te has vuelto
loco? -gritaban todos-. ¿Desde cuándo alguien sabe en esta casa cómo hacer volar
a un caballo?
-No os preocupéis -les
respondió el hombre-. Para empezar, nadie ha intentado nunca enseñar a volar a un
caballo, y tal vez aprenda. En segundo lugar, el rey está muy viejo y podría
morir en el transcurso de estos dos años. En tercer lugar, el animal también puede
morir, de manera que yo conseguiría otros dos años para entrenar a un nuevo
caballo.
Eso sin contar con la
posibilidad de revoluciones, golpes de Estado o amnistías generales. Y en todo
caso, aunque todo continúe tal y como está, yo habré ganado dos años de vida en
los que puedo hacer todo lo que me apetezca. ¿Os parece poco?
Etiquetas: Cuentos y leyendas
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