Algunos grandes estafadores
(Un texto publicado en el XLSemanal del 16 de julio de 2006 –no
sé quién lo escribió-)
Carlo Ponzi. De la pobreza a la miseria más absoluta.
Los 67 años de la vida
de Ponzi fueron una búsqueda constante de la riqueza. Nació en Parma (Italia) y
con 19 emigra a EE.UU. en busca de fortuna. Tras pasar dos veces en la cárcel,
en Canadá y Atlanta(EE.UU.), emigra a Boston, donde conoce a Rose Gnecco, que en
1918 se convierte en su mujer. Con ella disfruta de la vida de lujo que había
soñado y que logra gracias a sus fraudulentos negocios. Sus últimos años malvive
en Brasil gracias a subsidios y trabajillos esporádicos.
Víctor Lustig, el hombre que vendió dos veces la Torre Eiffel.
En mayo de 1925, un alto
cargo del Ministerio de Correos francés se cita con un grupo de industriales para
informarlos de que el Gobierno ya no puede mantener la Torre Eiffel y que ha
decidido venderla como chatarra. Todos pujan por ella, pero André Poisson, ansioso
por el contrato, paga un suculento soborno que no llega a rentabilizar, ya que ese
mismo día el supuesto funcionarlo, el estafador checo Víctor Lustig, huye a Viena.
Cuatro meses más tarde vuelve a Francia y repite la operación con éxito, pero
esta vez es denunciado y tiene que huir a EE.UU. Allí se dedica a falsificar
dinero. En nueve años, hasta que fue detenido y condenado, colocó en el mercado
la friolera de 134 millones de dólares.
Van Meergeren, un flamenco que estafó a los nazis.
En 1945, entre las obras
de arte incautadas a los nazis, aparece el cuadro “Cristo y la adúltera”, del
maestro flamenco Jan Vermeer, que Herman Goering había comprado a Han Van Meergeren
por 1.650.000 florines. Éste fue detenido por colaboracionista, pero ante la
acusación confesó que ese lienzo y otros seis atribuidos a Vermeer los había
pintado él mismo usando las mismas técnicas que el maestro y que los había colocado
en el mercado entre 1935 y 1943 tras pasar todos los controles de autenticidad.
Al final fue condenado, pero no pr colaborar con los nazis, sino por falsificador.
Branca dos Santos, la 'banquera del pueblo'.
En 1970, una esperanzadora
noticia se propaga por Portugal: una anciana, María Branca dos Santos, paga
religiosamente intereses del diez por ciento a quienes le confían sus depósitos.
La alegría dura hasta 1984, cuando la Fiscalía lusa ordena la detención de doña
Branca y su equipo al comprobar que buena parte de los 85 millones de euros entregados
a esta mujer están en paraísos fiscales y que los pagos salen del dinero de los
nuevos ahorradores. Sus colaboradores huyen y la 'banquera del pueblo' tiene
que enfrentarse, sola, a un juicio que, en 1988, la condena a diez años de
prisión.
Kenneth Lay, un genio de la 'contabilidad creativa.
El 2 de diciembre de 2001,
Enron, el gigante estadounidense de la energía, con 21.000 empleados y cien mil
millones de dólares de facturación en 2000, quiebra. La obsesión por el dinero de
su fundador, Kenneth Lay, recientemente fallecido en su casa de Colorado a causa
de un infarto, y de su ex consejero delegado, Jeffrey Skilling, los había llevado
a crear una maraña de 3.000 empresas. Un entramado imposible de auditar, con la
que inflaban las ganancias gracias a la llamada 'contabilidad creativa'. La quiebra
arruina a sus empleados, que ven cómo sus acciones se desploman de 90 dólares a
42 centavos. El 25 de mayo, Lay y Skilling fueron declarados culpables.
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