Stanley. La anécdota: naufragio en Barcelona
(Complementa a lo de
ayer. Leído en un suplemento dominical de no sé qué periódico, no sé qué fecha
y no sé de qué autor. Por no saber, ni el título completo :-( )
Henry Stanley viajó por casi todo el mundo, y no
siempre en condiciones confortables. En África, especialmente, pasó por momentos
muy duros en el curso de sus ambiciosas expediciones, pero también en España
vivió aventuras que él mismo comenta en su autobiografía. Al partir de 1861, se
enroló como marinero en varios barcos mercantes y en 1863 llegó a las costas de
España. Según él, siempre dado a maquillar su pasado, el barco en el que viajaba,
el Jehu, naufragó frente a la costa de
Barcelona, aunque se ha comprobado que el barco no sólo no naufragó, sino que prosiguió
viaje hacia Italia. Lo que sucedió en realidad fue que Stanley saltó por la borda
en la rada del puerto, con un hatillo de ropa, con la idea de quedarse unos días
en España. En su lucha por alcanzar tierra, perdió el hatillo y llegó desnudo a
la playa de la Barceloneta; allí, según contó, le sorprendió que los
carabineros que lo encontraron pidieran "los papeles" a un hombre
desnudo. Aclarado el lío, lo dejaron dormir en el cuartelillo, sobre un montón de
paja, y le dieron ropa para que pudiera proseguir su viaje. En los días que
siguieron, Stanley vivió de la caridad mientras viajaba hacia Francia; en
Marsella se embarcó de nuevo para proseguir su vida aventurera.
Stanley regresó a España
cinco años después, como periodista, para cubrir para el New York Herald los sucesos de 1868. En una de sus crónicas, en
octubre de este año, habla del "ambiente revolucionario de
Barcelona". "Barcelona es republicana", escribe al ver un
retrato de George Washington en el Ayuntamiento, "y expresa su simpatía por
el republicanismo colocando en el lugar de honor de la capital económica de
España el retrato de uno de los principales fundadores del régimen de libertades
públicas en el mundo". Stanley llegó a entrevistar al general Prim y se conserva
una carta de su estancia en Barcelona, fechada el 15 de mayo de 1869, cuando el
explorador vivía en el Hotel Cuatro Naciones.
A partir de marzo de 1869,
Stanley ejerció de corresponsal en España y, como tal, viajó por todo el país y
escribió sobre la revuelta carlista. En Madrid vivía en el número 31 de la
calle de la Cruz, donde recibió el telegrama del propietario del New York Herald, James Gordon Bennett,
conminándole a viajar a París para discutir con él un "asunto
importante". El asunto en cuestión era que tenía que viajar a África para
encontrar al doctor Livingstone.
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