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sábado, mayo 30

Cuidando las piernas



(Parte del texto de Cristina Uranga en la revista Mujer de Hoy del 29 de junio de 2013)

Firmeza instantánea

Lo sentimos, pero no existe, hay que ganársela. Y por dos vías: el ejercicio físico y la aplicación de cremas reafirmantes. Si todavía te queda tiempo para ir a la playa, puedes dedicarlo a tonificar tus piernas. Aunque si estás a puntito de pisar la arena, también puedes aprovechar esos elementos a tu favor. Te explicamos cómo:

En la ciudad. Sube escaleras, pero de dos en dos, a un ritmo continuo y con la espalda recta. Y reserva 10 minutos de tu tiempo para hacer elevaciones laterales: apóyate en una silla y levanta la pierna hacia el lateral mientras apoyas la otra recta en el suelo. Haz tres series de 10 repeticiones con cada una, dos veces al día.

En la playa. Caminar por la arena moviliza toda la musculatura de las piernas, relaja la planta de los pies y descansa la espalda. Hacerlo contra la fuerza de las olas, además, mejora la circulación. Hazlo durante tres cuartos de hora cada día. Y si vas al norte, quizá te cueste más entrar en el mar, pero tienes el consuelo de que el agua helada del Cantábrico es buenísima para tonificar tus piernas.

Cuidado con el síndrome de 'Stiletto'

Quizá nunca lo hayas denominado así, pero si estás siempre subida a ellos, seguro que habrás notado que bajarte tiene un desagradable precio: caminar con bailarinas te resulta bastante doloroso. Eso es porque andar sobre tacones de alto calibre desemboca en un acortamiento de los músculos de la pantorrilla y un engrosamiento de los tendones de Aquiles, según explica un estudio de la Universidad de Manchester. “Para evitarlo, lo mejor es estirar la zona posterior de las piernas todos los días”, explica Ana Alonso, fisioterapeuta del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda (Telf.: 649 048 561). “Los tacones excesivos no solo disminuyen los gemelos, sino también la musculatura de la planta del pie, y dan lugar a un aumento de la curva lumbar”. Ana Alonso propone dos ejercicios sencillos y que puedes hacer varias veces todos los días.

1. “Congela una botella de agua, siéntate en una silla y hazla rodar apretando con la planta del pie hacia delante y hacia atrás. Repite unas 10 veces con cada uno. El masaje relaja la planta y, junto con el efecto vasoconstrictor del hielo, mejora el retorno venoso”, explica.

2. “Este segundo ejercicio es mejor hacerlo tumbada. Hay que atar un cinturón alrededor del puente del pie, cerca de los dedos y, tirando del otro extremo, levantar la pierna hacia arriba con la rodilla estirada, mientras la otra pierna se mantiene recta en el suelo. Cuando se llega al punto en el que tira la musculatura posterior de la pierna, se mantiene unos segundos. Luego hay que hacer lo mismo hacia fuera y hacia dentro. Además de estirar, beneficia el retorno venoso”, concluye Ana Alonso.

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