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jueves, mayo 9

El ecosistema humano

(Un texto de Daniel Méndez en el XLSemanal del 1 de julio de 2018)

EL PELO DEL CUERPO

«¿Por qué lo perdimos? Durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva vivíamos en grupos de, como mucho, 40 individuos. Con la agricultura, pasamos a comunidades de 40, 100, 200 personas… Y empezaron a pasar cosas. Se cree que uno de nuestros ectoparásitos (viven en otro organismo y se benefician de él) desarrolló la habilidad de contagiar un patógeno que nos estaba haciendo enfermar. Los individuos con menos pelo tenían más posibilidades de quitarse la garrapata, o lo que fuese, y sobrevivir».

EL PELO DE LA CABEZA

«Hemos perdido la mayor parte del pelo de nuestro cuerpo, pero ¿y el de la cabeza? Quizá nos proteja del sol o del frío. Algunos investigadores sugieren que podría aportarnos vitamina D a través de los aceites que genera».

LA BOCA
«Un dato curioso: en las bocas de las momias no hay restos de placa dental. ¿Por qué? Parece que con la agricultura se incorporaron nuevos microbios a los que se les daba muy bien construir placa dental. ¡Una o dos especies introdujeron un cambio del que dependen todos los dentistas del mundo! La higiene dental de hoy en día se basa en eliminar todos los organismos de nuestra boca. Parece que nadie tiene una solución mejor de momento, pero llegará».

El VELLO PÚBICO Y EL PELO DE LAS AXILAS
«¿Por qué lo mantenemos? No lo sabemos, pero sí que sus glándulas se encargan de alimentar a los microbios beneficiosos. El resultado: el olor».

LAS MANOS
«Hay pocos estudios sobre los microbios que habitan en nuestras manos, y la mayoría realizado con universitarios. Nosotros analizamos las de los panaderos de Bélgica y hallamos que la mitad de su población microbiana está compuesta por Lactobacillus bacteria. Es decir: ¡su profesión cambió los microbios de sus manos! ¿Y cómo serán las manos de los médicos? De los conductores de autobús?».

EL OMBLIGO
«Nada más nacer, hay un riesgo muy alto de que se infecte el cordón umbilical, porque es una herida abierta. Al mismo tiempo se ha descubierto que es una de las pocas zonas en el cuerpo donde se dan las mismas glándulas que hay en las axilas. Podrían estar alimentando a microbios que producen antibióticos que combaten las infecciones. Un grupo de médicos que hace cirugía laparoscópica ha descubierto que su tasa de infecciones es mucho menor si se hace a través del ombligo que si operan por otra parte del cuerpo».

LA PIEL DE LAS AXILAS
«Hemos visto que en la actualidad hay una gran abundancia de Staphylococcus epidermidis. Y que el desodorante antitranspirante favorece su desarrollo… ¿Consecuencias? Una la notarás este verano: resultarás más atractivo para los mosquitos, porque ellos no te huelen a ti, sino a tus estafilococos. Podría haber otras consecuencias que ignoramos».

EL ESTÓMAGO
«Veamos. Siempre se nos ha dicho que en el estómago es donde se descomponen las proteínas. Y es verdad. Pero nosotros vamos más allá. Estamos estudiando si la función primaria del estómago no será la de actuar de filtro, para impedir que los patógenos accedan a nuestro intestino. Los animales que comen animales -como nosotros- tienen estómagos muy ácidos. Parece que esa acidez es como una especie de puerta que durante tu vida temprana permite que entren los buenos microbios y deja a todos los demás fuera. Es algo que los médicos deberían valorar cuando realizan operaciones que reducen la acidez estomacal, como un bypass gástrico».

LOS INTESTINOS
«Miles de especies de microbios viven en los intestinos. Y ya sabemos que muchos de ellos son muy importantes para el buen funcionamiento de este órgano; también sabemos que comer mal, con gran cantidad de azúcares, elimina muchos de los microbios que necesitas. Mientras que comer más verdura favorece algunos otros que también necesitas. Sabemos también que, una vez que pierdes estas especies de microbios, es difícil recuperarlas y que sus consecuencias afectan al cuerpo, al cerebro… Lo que no sabemos es qué especies concretas de microbios son importantes y cuáles no. También hemos comprobado que los microbios intestinales de un pueblo indígena del norte del planeta se parecen mucho a los de un tipo de Nueva Jersey que come perritos calientes. ¡Hay muchas incógnitas!».

LOS PIES
«¿Por qué sudan tanto? Los libros de texto te dicen que es para refrescarte… Pero necesitas refrescar la cabeza o el tronco, ¡no los pies! Aquí va otro misterio: el sudor de los pies tiene grandes cantidades de un aminoácido llamado ‘leucina’. Tanto los aminoácidos como el sudor exigen muchos recursos corporales. Es decir, el cuerpo necesita mucha energía para producirlos. ¿Por qué lo hace? Una opción es que así favorece el desarrollo de microbios que te defienden de los patógenos fungales. La bacteria más común de los pies es el Bacillus subtilis; y hemos comprobado en el laboratorio que esta bacteria produce un antibiótico que mata los hongos».

Los parásitos también dominan nuestro cerebro

Un grillo se precipita al agua, donde con toda probabilidad morirá ahogado. Una cucaracha obedece a una avispa que aprovecha ese estado de sumisión para insertarle sus huevos. Un ratón se juega la vida al sentirse atraído por el olor de la orina del gato.

¿Qué tienen en común todos estos comportamientos inexplicables? El responsable de todos ellos es un parásito que se aloja en el organismo de estas criaturas. Ninguno de estos animales está haciendo lo mejor para su supervivencia, sino lo más conveniente para un parásito que controla el cerebro de su huésped.

El ratón, por ejemplo, con toda probabilidad aloja el Toxoplasma gondii, un parásito que vive en los roedores, pero que necesita el cuerpo de un gato para reproducirse: trata, por tanto, de asegurarse de que el ratón portador sea ingerido por un gato. El ser humano también es vulnerable: se ha encontrado relación entre su presencia y el desarrollo de la esquizofrenia.

Dos puntos calientes de microbios en nuestro cuerpo

Rob Dunn y su equipo implican al público general en sus investigaciones sobre los microbios y bacterias que habitan en nuestro cuerpo. Durante la investigación reclutan a voluntarios y les piden que, por ejemplo, recojan muestras de la piel de sus axilas. Después, en el laboratorio, cultivan esos microbios y los someten a diferentes análisis. Las muestras resultantes -que comparan con primates como los chimpancés o los gorilas- son buena muestra de nuestro microbioma. Aquí hay algunos ejemplos.

ECOSISTEMA ‘OMBLIGO’
«El ombligo es uno de los hábitats más íntimamente relacionados con nosotros y, sin embargo, es todavía poco conocido». El Rob Dunn Lab analizó la biodiversidad de los ombligos. Se hallaron 2368 micro-organismos distintos viviendo en esta cavidad. De ellos, 1458 eran desconocidos. No tendrán nombre, pero nuestro sistema inmune depende de ellos.

LOS ÁCAROS DEL ROSTRO
El Demodex folliculorum es un pequeño ácaro que vive en los folículos del pelo. Es solo uno de los miles, quizá millones, de ácaros que viven con nosotros. También han encontrado que las especies que habitan en nosotros son distintas en América, África o China. Prueba de los movimientos migratorios del hombre a lo largo de su historia evolutiva.

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