Bauhaus, el nuevo diseño ya es centenario
(Un texto de Juan Carlos Barrena en el Heraldo de Aragón del
16 de febrero de 2018)
La Bauhaus, fundada en 1919 en Alemania y clausurada por los
nazis, dio un vuelco al modo de concebir el mundo.
Funcional, práctico y al servicio del pueblo. Cuando el
movimiento artístico alemán Bauhaus vio la luz hace un siglo, su objetivo era
fusionar las artes y oficios con el diseño industrial y las bellas artes para
crear un nuevo estilo. Tuvo éxito: su legado se extiende por todo el planeta y
ha servido, y sirve aún, de modelo a muchos profesionales creativos. Entre 1919
y 1933, la época dorada del movimiento, «un grupo de cabezas inspiradas creó
cosas extraordinarias en la arquitectura, el arte, la danza, el diseño, la
tipografía, pero también la fotografía y el cine», subrayó el presidente
federal alemán, Frank Walter Steinmeier, con motivo del comienzo ayer del año
Bauhaus, dedicado a «uno de los más importantes y más extendidos productos
culturales de Alemania». Sus formas y diseños «combatieron la ampulosidad de la
época guillermina y se enfrentaron a la terrible destrucción y caos producto de
la Primera Guerra Mundial», destacó Steinmeier, quien subrayó que Bauhaus sigue
siendo hoy «un enorme recurso para la orientación del modernismo en el siglo
XXI».
Weimar, Dessau y Berlín, sus tres sedes históricas, son las
ciudades alemanas que concentran los eventos para celebrar a lo largo de todo
2019 el centenario de la más exitosa escuela del modernismo y punto de
encuentro de grandes talentos y artistas excéntricos. Aunque la escuela solo
funcionó durante 14 años, hasta que el nazismo acabó con ella por fomentar el
llamado 'arte degenerado', sus 1.250 alumnos se encargaron posteriormente de
difundir por todo el mundo un movimiento que perdura y sigue siendo tan
influyente como el primer día.
Fundada sobre la base del llamado 'Seminario de Artes y
Oficios' de Henry van der Velde, la escuela Bauhaus fue creada por Walter
Gropius al fusionarse la Escuela de Artes y Oficios con la Escuela Superior de
Bellas Artes de Weimar. Gropius, que asumió el taller de carpintería, consiguió
ganarse para su iniciativa a creadores destacados como Lyonel Feininger para el
departamento de artes gráficas o Georg Muche para sus telares. Josef Albers y
Johannes Itten instruyeron en la creación de vidrieras, de la fundición y las
labores metalúrgicas se ocuparon leyendas hoy como Laszlo Moholy-Nagy, Marianne
Brandt o Alfred Arndt.
Vasili Kandinsky y Oskar Schlemmer, entre otros, formaron a
los alumnos en la creación de frescos y otro genio de la pintura como Paul Klee
asumió el taller de encuadernación. Mientras, Walter Peterhans daba clases de
fotografía, Gerhard Marcks de cerámica y Lothar Schreyer de artes escénicas.
Sin embargo, el departamento estrella y el que más huella ha
dejado de Bauhaus era la escuela de arquitectura, con profesores como el propio
Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Hannes Meyer y Adolf Meyer. Profesores que
no daban clases en aulas como en las universidades, sino en talleres para que
los alumnos aprendieran el manejo práctico de materiales y formas.
[…]
[…] los edificios clave de la arquitectura Bauhaus [están]
repartidos por toda Alemania. Joyas de la arquitectura como la sede de la
escuela de Dessau de Walter Gropius o la Neue Nationalgalerie en Berlín
diseñada por Mies van der Rohe y que acaba de ser restaurada, medio siglo
después de su construcción.
Bauhaus también cuenta con un sobresaliente legado de
muebles de diseño, muchos en venta aún, como la silla Cantilever de Mart Stam,
el sillón Barcelona de Mies van der Rohe o la butaca B3 de Marcel Lajos Breuer,
alumno de la escuela que huyó de la Alemania nazi por su origen judío y acabó
exiliado en Estados Unidos, donde levantó docenas de edificios públicos y
privados. No fue el único. También Moholny-Nagy, Gropius, Albers o Mies van der
Rohe escaparon al otro lado del Atlántico ante la amenaza de acabar encerrados
en un campo de concentración. Y muchos alumnos de la escuela de origen judío
emigraron a Israel y levantaron en ciudades como Tel Aviv, que cuenta con un
museo Bauhaus propio, más de 4.000 edificios en las décadas de los 30, 40 y 50
del siglo pasado.
Frank Walter Steinmeier destacó la «relación interna» entre
el movimiento artístico y la democracia y dijo que no fue casualidad que esa
generación de artistas surgiera coincidiendo con el nacimiento de la primera
república libre. «Bauhaus necesitaba la libertad de la República de Weimar, a
la que regaló a la vez una forma de expresión», señaló el presidente alemán.
También, un debate político
La escuela de arte Bauhaus, cuyas líneas depuradas y su
«espíritu revolucionario» se aprecian hoy en los iPhone o los muebles de Ikea,
celebra su centenario en Alemania, con un debate político sobre su legado como
telón de fondo. Weimar, en el este del país, puede, con sus pequeñas
callejuelas adoquinadas y su coqueto casco histórico, parecer un lugar de
nacimiento sorprendente para este movimiento. Tras los horrores de la Primera
Guerra Mundial, «los artistas se reunieron para crear una nueva forma de arte,
con ideas muy utópicas e idealistas», indicó Anke Blümm, conservadora del
Bauhaus en Weimar. Siguiendo la doctrina de «la forma sigue a la función», la
Bauhaus aspiraba a crear objetos o edificios de diseño accesible para todas las
clases. […] la 'Haus am Horn', primera casa blanca de techo plano, construida
según los principios de la escuela en 1923, abrirá de nuevo al público en mayo
[de 2019]. La corriente Bauhaus «es una de nuestras exportaciones culturales
más influyentes», consideró el jefe del Estado alemán, Frank-Walter Steinmeier […].
Cuando el régimen nazi la prohibió en 1933, numerosos artistas abandonaron
Alemania, fundando una diáspora que propagó la cultura de la Bauhaus por todo
el mundo.
Walter Gropius. El arquitecto berlinés fundó la
Bauhaus en 1919 según el principio de que «la forma sigue a la función»,
aglutinando uso y estética. El edificio de la Escuela Bauhaus en Dessau, fue
diseñado por él entre 1925 y 1932.
Manifiesto. Revaloriza los métodos artesanales,
elevándolos a la categoría de bellas artes.
Influencias. La Bauhaus pretendía abarcar todos los
órdenes de la actividad humana, sentó las bases del diseño industrial y gráfico
e influyó en otras disciplinas.
Hannes Meyer. El arquitecto y urbanista suizo, que
dirigió la escuela de artes y oficios de la Bauhaus, mantenía que «siendo la
nueva casa un producto industrial, el arquitecto debe ser un especialista en la
organización».
La Silla de Mies van der Rohe. Diseñada para la
Bauhaus en 1927, se ha convertido en el símbolo del diseño moderno de muebles.
Fue concebida bajo la premisa de que el diseño debe ser funcional y
estéticamente agradable, el primer mandamiento de la escuela alemana.
Vasili Kandinsky, considerado un precursor del arte abstracto,
sentó las bases de la abstracción lírica y el expresionismo pictórico.
La silla Cesca fue diseñada en 1928 por Marcel Breuer,
bajo los presupuestos que Mies van de Robe ya había en torno materiales como el
acero tubular cromado, al que, en este caso se le añadió enea natural, dándole
un aspecto más rústico, pero no menos sofisticado.
Etiquetas: Puro diseño
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