Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

domingo, marzo 28

Los trazos que Goya dejó en Burdeos

(Un texto de Laura Carnicero en el Heraldo de Aragón del 27 de noviembre de 2016)

El artista pasó sus últimos años en la capital de Aquitania, que presume de su legado. Allí se cierra un circuito cultural y turístico que arranca en Aragón y la DGA quiere impulsar.

Era una noche húmeda, con esa neblina que rara vez se despega de las calles de Burdeos. Y las 36 horas en diligencia desde Madrid hubieran destemplado a cualquiera. También a ese viejo sordo, de 78 años, que en 1824 descendió del carruaje con su sombrero de copa, extenuado, en la plaza de la Comedia frente al Teatro Nacional. Era Francisco de Goya y Lucientes, el pintor aragonés más universal, que había conseguido un permiso real para tratar su enfermedad en las aguas termales de París. Se detuvo en una escala en la capital de Aquitania. Luego volvería a ella, donde vivió hasta sus últimos días.

En Burdeos, poco se alejó de la Cours de l'Intendance y el entorno de la Cours de Georges Clemenceau. En estas imponentes avenidas de estilo burgués, que trasladan a los visitantes a la Francia más señorial con sus fachadas blancas y sus balcones de forja, Goya encontró su lugar. Y lo hizo su hogar cuando se reunió con su último amor, Leocadia, y su hija, María del Rosario.

Con una renta de 50.000 reales anuales cuando lo habitual para una familia eran 2.000, Goya no pasó por estrecheces, pero tuvo una vida tranquila, sin ostentaciones, según el experto bordelés en su figura Jacques Rouhaud.

Durante un año se hospedó en el número 38 de la Cours de George Clemenceau, muy cerca de la actual calle Huguerie, donde se había afincado un aragonés, Braulio Poc, que tenía una chocolatería que a Goya le acercaba a la tierra. Las jotas, el aroma del chocolate y las historias de los heridos exiliados de la guerra en España que se reunían allí le hacían sentirse acogido. Justo detrás, en la calle Fondaudége, el pintor encontró el lugar para que su hija aprendiera a tocar el piano.

Sonaban prácticamente los últimos compases de la vida de Goya, pero el genio de Fuendetodos halló en las ideas ilustradas y la vida intelectual de Burdeos un refugio y una nueva inspiración. Allí afinó su trazo con los grabados y retrató todo lo que le sobrecogía de la ciudad francesa. La locura de la muchedumbre que aplaudía frente a la guillotina le horrorizaba. Un espectáculo espeluznante que podía contemplar desde su ventana, en el tercer piso del número 57 de la Cours de l'Intendance, la que fue su última vivienda y que hoy sirve de sede al Instituto Cervantes de Burdeos. Allí disfrutó del cariño de otros ilustres, como el dramaturgo Leandro Fernández de Moratín o el escritor Manuel Silvela, y participó de la vida social bordelesa, asistiendo, entre otros actos, a la inauguración de la plaza de Tourny.

Nítidos son los trazos que dejó el pintor hasta su muerte, en la madrugada del 16 de abril de 1828, tras una caída. por las escaleras que le provocó una hemiplejía y le dejó sin habla. Las horas posteriores al último aliento del genio no fueron menos apasionantes que su vida. Mientras su familia, amigos y todo el grupo de exiliados españoles en Burdeos abarrotaban la plaza de la iglesia de Notre Dame, su hijo Francisco Javier se afanaba en Madrid para apropiarse de toda la herencia de su padre y dejar a su amada Leocadia y a María del Rosario en la ruina. El único recuerdo que les quedó fue él cuadro de 'La lechera de Burdeos', que había presidido su cama en los últimos años y que muchos apuntan que era, en realidad, el retrato de su hija pequeña.

Para seguir el curso de las pinceladas que dejó Goya en Burdeos, es necesario ahora ir de la mano de un experto. A simple vista, los rincones de la ciudad que vivió pueden pasar desapercibidos, sin placas ni paneles explicativos que lo recuerden, excepto en la que fue su última morada y en la iglesia donde se ofició su funeral.[…]

Etiquetas: ,