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miércoles, junio 30

El esqueleto que volvió del siglo XVIII

(Un reportaje de R.C.L. en el Heraldo de Aragón del 25 de marzo de 2016)

La Hermandad de la Sangre de Cristo [recuperó en 2016] el Triunfo de la Vida sobre la Muerte, paso alegórico que cuenta con una talla antigua que se creía perdida.

«El paso del Triunfo de la Vida Sobre la Muerte es el único alegórico que ha existido en la Semana Santa de Zaragoza», cuenta Ignacio Navarro, hermano receptor de la Sangre de Cristo. Esta hermandad [sacó] en la […] procesión del Santo Entierro un paso de accidentada historia, pues acaba de recuperar su esqueleto original, que se creyó perdido y reapareció por sorpresa en San Cayetano.

«En el Barroco, el paso de la Muerte era muy importante. Como no había una imagen de la resurrección, se presentaba una alegoría de que la vida ha triunfado con la Muerte representada como un esqueleto sentado y meditativo, con la cabeza apoyada en una mano, como si estuviera triste», explica Navarro. En la historia de la hermandad zaragozana, este paso es de gran relevancia, porque fue el segundo que incorporó tras el famoso Cristo de la Cama, que fue el primero en procesionar en 1617.

Así, en el siglo XVIII se hizo el paso del Triunfo de la Vida sobre la Muerte, con un esqueleto de cuyo autor no se tiene hoy noticia y que fue «uno de los pocos que consiguió salvarse de la Guerra de la Independencia» contra los franceses, detalla Navarro. Aquella talla, de madera de pino policromada, fue sustituida posteriormente por otras dos, la más reciente, obra de Francisco de Borja.

«Entre 1910 y 1913 tuvo lugar la reforma de la Hermandad de la Sangre de Cristo y se encargó a Francisco de Borja el paso del Pecado y de la Redención, que se destruyó en 1981 al derrumbarse el techo del garaje Costa, donde se guardaban los pasos de la hermandad», rememora Navarro.

Entonces se pensó que también se había malogrado lo que quedaba del paso del siglo XVIII, pero «al parecer, el esqueleto estaba en un sitio más resguardado, no se perdió y fue trasladado a San Cayetano», que es donde ha reaparecido, cuenta Navarro. Según su descripción, se trata de «un esqueleto de autor anónimo, de madera de pino, que mediría alrededor de 1,65 si se pusiera de pie», pero que aparece sentado sobre un Calvario.

Lógicamente, la talla estaba deteriorada y ha requerido «una limpieza entera y la restitución de falanges en manos y pies, porque faltaban algunas», precisa Navarro, y agrega que la figura «fue bastante modificada, porque primero iba con una pierna más elevada que luego se le bajó».

La delicada tarea de restauración fue llevada a cabo por el restaurador del Museo Diocesano de Zaragoza.

Para acompañar la figura como merece, la Hermandad de la Sangre de Cristo ha escogido diversos objetos que permitan reconstruir el aspecto del paso original. Así, la característica guadaña que identifica a la Muerte es una de propiedad de la hermandad que ha procesionado en otros pasos. Los faroles serán «los mismos que salieron en la procesión del bicentenario» y la cruz, «una antigua que tenía la hermandad», dice Navarro.

Además, el paso va vestido con las faldas del antiguo del Cristo de la Cama y luce «un escudo también centenario espectacular, bordado en seda», describe el hermano. Lo único realmente nuevo que se verá en el Triunfo de la Vida sobre la Muerte es «el sudario y las flores».

Los zaragozanos podrán contemplar este paso hoy, Viernes Santo, en la procesión del Santo Entierro, precediendo al paso del Cristo de la Cama. «Nos hace mucha ilusión: no es recuperar un paso cualquiera, es el primero que tuvo la hermandad después del Cristo, y era la imagen más tradicional en el momento álgido del Barroco», asegura Navarro.

De hecho, no es el único en su género en la Semana Santa aragonesa. En Ateca, la Hermandad de la Virgen de la Soledad también cuenta con un Paso de la Muerte de estilo similar, en el que porta la guadaña un esqueleto humano auténtico que data de 1660.

El Santo Entierro, una procesión única

Fue, sin duda, uno de los argumentos que sirvieron para catalogar la Semana Santa zaragozana como de Interés Turístico Internacional. La llamada procesión general del Santo Entierro es la única del Viernes Santo en España en la que participan todas las cofradías de la ciudad.

Está documentada desde hace cuatro siglos (se sabe que, al menos, desde 1525, existía una gran devoción a un grupo escultórico del Entierro de Cristo) y tiene también el mérito de ser la más larga del país. Este año cuenta con algunas novedades interesantes y, también, con cambios de guión respecto al año pasado cuando el exconcejal Jerónimo Blasco decidió desplegar y alquilar sillas en la calle. Zaragoza en Común rechazó la idea, a pesar de que ver la procesión entera -sus 41 pasos- obliga a estar atento durante unas tres horas de reloj.

Las novedades más importantes hacen referencia al patrimonio, porque justo antes de que aparezca el Cristo de la Cama se podrá ver el paso de la Muerte, que ha recuperado la Sangre de Cristo y que hace 35 años que salía a las calles. Junto a la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles en su Tristeza, de la Crucifixión, es la otra nueva talla de esta Semana Santa.

Tan magna procesión ofrece bellas estampas en muy distintos puntos del recorrido, pero los expertos aconsejan seguirla cerca de las Murallas Romanas (desde el Torreón Fortea) y por las plazas del Pilar, la Seo y San Bruno.

4,1 kilómetros. El itinerario de la procesión es circular (con salida y regreso a Santa Isabel) y recorre a lo largo de más de 4 kilometros buena parte del Casco.

24 cofradías. Todas las congregaciones zaragozanas participan hoy en la procesión. Algunas saldrán del colegio notarial, otras de Santa Isabel y el resto, de las calles adyacentes.

El Cristo de la Cama, la pieza esencial. Los Sitios supusieron la pérdida de casi todo el patrimonio procesional que existía desde el siglo XVI. De los 14 pasos que formaban parte del Sanco Entierro solo se salvó uno: el Cristo de la Cama. La heroína Maria Blázquez se internó entre las ruinas del convento de San Francisco y rescató la venerada imagen, que aún presenta heridas de bayoneta. En 1813 la talla se ubicó en San Cayetano, donde permanece hasta ahora, y al año siguiente volvió a salir de nuevo la procesión.

2.600 tambores y bombos. Pero también timbales, cornetas, matracas… El acompañamiento musical de la procesión es potentísimo. Cada cofradía, con su estilo y peculiaridades diferentes, porta pasos y peanas, al tiempo que tañen los instrumentos con sus toques característicos.

150.000 espectadores en las calles. Aunque es complicado hacer un cálculo certero de cuánta gente presencia la procesión en las calles. la Junta de Cofradías acostumbra a cifrar en 150.000 los espectadores apostados a lo largo de todo el recorrido.

41 pasos y peanas. Tras la bandera de la Hermandad de la Sangre de Cristo, se suceden hasta 41 pasos en los que se narran todos los misterios del viacrucis.

180 minutos de duración. El tiempo que se invierte en ver la procesión entera es de unas tres horas. [En 2015] el Ayuntamiento alquiló sillas para verla más cómodamente.

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