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miércoles, agosto 24

¿Por qué las mujeres siempre queremos más zapatos?

(Leído en la sección GPS del suplemento dominical del Periódico de Aragón. La verdad es que yo soy una demostración de que, tengas los que tengas, nunca tienes suficientes zapatos...)


Unos zapatos perfectos pueden cambiar la vida de una mujer: Cenicienta encontró a su príncipe azul con unos de cristal; la Dorothy de El mago de Oz descubrió el camino de vuelta a casa con unas zapatillas de rubí y Carrie Bradshaw encontró a su Mr. Big sobre unos manolos después de disfrutar seis temporadas seguidas de Sexo en Nueva York.


Lo cierto es que la obsesión femenina por los zapatos se remonta al 700 a. de C. en Grecia y al 1.500 a. de C. en Egipto, señalan Allan y Barbara Pease en el libro ¿Por qué los hombres no se enteran y las mujeres siempre necesitan más zapatos? Tener muchos zapatos entonces era sinónimo de “ricachona”. Las que convirtieron el calzado en símbolo sexual fueron las prostitutas de la antigüedad. “Descubrieron que las sandalias altas proporcionaban a las caderas un balanceo especial al caminar que atraía la atención de los hombres”, explican los Pease. Siglos después, las mujeres siguen dando pie a los hombres de la misma forma: ahora sobre tacones de aguja. Una acción inconsciente, similar a la del mandril hembra, que cuando está en celo, camina de puntillas para indicar que busca pareja. “Las mujeres aumentan su altura subiéndose a sus tacones en relación a su deseo de emparejarse”.


Tacones aparte, diversas investigaciones han confirmado la obsesión femenina por los zapatos. “Las mujeres esquimales –por ejemplo– poseen cuatro pares de botas de nieve en comparación con el único par del que disponen los hombres”. El verdadero motivo de la obsesión, concluyen los Pease: “Unos zapatos bonitos alejan la atención de los puntos problemáticos del cuerpo de la mujer”. Los pies no engordan de un 37 a un 40 por comer chocolate. “Si un zapato sienta bien, siempre sentará bien”. Método infalible para calzarse una relación duradera: “Los zapatos estarán a su lado para lo bueno y para lo malo, en el aumento de peso y en el adelgazamiento, hasta que sus suelas gastadas los separen”