Necesitamos payasos

(Una anécdota sobre Coluche, leída en un texto de Gonzalo Ugidos en el Magazine de El Mundo)

Cuando el payaso Coluche se presentó a las presidenciales francesas de 1981, no engañaba a nadie. Este era su lema: "Hasta hoy Francia estaba partida en dos. Conmigo estará partida de risa". Todos rieron; menos Giscard, que andaba enredado en unos diamantes que le había regalado el dictador caníbal Bokassa Y Mitterrand que, al saber que las encuestas daban al bufón un 16 % de los votos, le ofreció un trato. Agua.

Espiaron a Coluche, pero ni un solo trapo sucio. Lo amenazaron de muerte, se le acabó el cachondeo y se retiró de la liza. Pierre Bourdieu resumió lo sucedido: "Los políticos se movilizaron, dejando de lado sus diferencias, para condenar la barbarie radical de poner en cuestión algo fundamental: sólo los políticos pueden hablar de política.[…]