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miércoles, febrero 19

La fuente de la Junquera

(Un texto de Francisco Iturbe y Ángel Ruiz leído en la revista de Audi, hace ya un tiempo)



El caminante que recorra el desvencijado y solitario Camino de la Fuente de La Salud, si está atento, tal vez se sorprenda al sentir ecos de animadas tertulias, de lujosos carruajes, de conversaciones médicas y del sonido del agua curativa en fuentes y gabinetes de baño. Desde luego, el caminante debe tener un sexto sentido, pues esos ecos hace casi un siglo que desaparecieron, con el Balneario de Zaragoza. 

La Fuente de La Salud se encuentra en la margen izquierda del Huerva, junto al cauce, aproximadamente a kilómetro y medio de Casablanca, frente a la fuente de la Junquera pero aguas debajo de ésta. 

Para llegar a la fuente tomamos, precisamente, el Camino de la Fuente de La Salud, qua arranca un camino de servicio en la carretera de Valencia junto a la entrada del Stadium Casa blanca, inmediato al edificio del Sindicato de Riegos. El Camino la Fuente de La Salud traza una curva a la derecha, contorneando el propio Stadium Casablanca y, tras unos 500 metros, llegamos a un edificio abandonado a la derecha del camino, indicado como “Casablanca 208'" y junto al también en desuso antiguo campo de fútbol de Las Nieves. Frente a este edificio, en la terraza del río que se extiende al otro lado del camino en un nivel inferior, se encuentra  la explanada en que se ubicaba la Fuente de La Salud.

Un documento impreso en Zaragoza en 1844 (Relación de las propiedades físicas y químicas del agua de la fuente llamada de la Salud) relata un descubrimiento popular de este manantial tremendamente concreto y curioso. Según se relata, en tiempos se denominaba fuente del Arzobispo y probablemente por sus curaciones pasó a tomar el de la Salud. En todo caso, era un manantial desconocido casi por completo, salvo por algunos particulares que usaban sus propiedades. Ese desconocimiento comenzó a cambiar en 1840 y especialmente en el verano de 1843: ese verano, los enfermos de Zaragoza que acudían a tomar las aguas de Quinto y Fuentes no pudieron hacerlo “... por el temor de ser presa de las facciones que infestaban el Bajo Aragón y que con frecuencia hacían correrías hacia dichos pueblos." Por ello, buscaron otras aguas en Zaragoza y la fuente de la Salud comenzó a ser usada y sus admirables efectos corrieron con rapidez. La concurrencia de enfermos y curiosos fue tal que las autoridades encargaron a la Academia de Medicina de Zaragoza el análisis de estas aguas.