La evolución en diez destinos turísticos V
(Un reportaje de Mario
García Bartual en la revista Quo de agosto de 2012. Continúa)
9.- Islas Galápagos: tras los pasos de Darwin
Durante su largo viaje
de exploración científica a bordo del HMS Beagle, Charles Darwin pasó en las
Galápagos cinco semanas, en 1835. Algunas de las observaciones que registró en
sus cuadernos de notas dejaron en él una impresión duradera que, más adelante le
ayudarían a reflexionar sobre la transmutación de las especies.
El archipiélago
volcánico consta de 19 islas que comenzaron a emerger de la corteza oceánica hace
unos cinco millones de años. Se sitúan a 972 km de la costa de Ecuador, en pleno
océano Pacífico. Tiene cinco islas principales y una dispersión de otras más pequeñas,
junto con una centena de rocas e islotes.
Primero desprovistas de
vida, se fueron poblando con animales inmigrantes que llegaban por mar o por
aire. Están separadas unas de otras por aguas profundas y poderosas corrientes
que siempre han sido un peligro para los marineros que faenan en ellas. Estas barreras
naturales han hecho que los organismos inmigrantes se mantengan aislados en sus
propias ínsulas y les resulte muy difícil colonizar las costas vecinas. Todo el
archipiélago tiene la apariencia de mundos en miniatura cerrados en sí mismos y
formados por secos desiertos, malezas, bosques húmedos de árboles Scalesia y negras playas volcánicas. El
estudio de la evolución de estos ecosistemas es una buena manera de entender
los procesos de selección natural en vivo y en directo.
El 97% del territorio es
parque natural, y para velar por su conservación, Ecuador limita el número de
turistas que pueden visitarlo.
10.- Las Hoyas: biodiversidad cretácica
El yacimiento de Las Hoyas
se encuentra en Serranía de Cuenca, dentro del término municipaI de La Cierva, en
una zona arbolada que escondía su gran interés paleontológico hasta que una
repoblación forestal puso al descubierto parte de las rocas ocultas por la vegetación.
Desde su descubrimiento, en 1984, se han recogido decenas de miles de
ejemplares que representan más de un centenar de géneros. Tan rica biodiversidad
lo convierte en un lugar de referencia obligada para la comprensión de los
ecosistemas continentales del Cretácico inferior, durante el Barremiense, hace unos 120 millones de años.
Además, es uno de los lagerstätten
más importantes de la península ibérica. Los sedimentos fosilíferos se acumulan
en niveles de calizas litográficas resultantes de la sedimentación en la zona más
profunda de un lago superficial. Aquella estaba forrada por gruesos tapetes microbianos
que crecían durante los periodos áridos. La acción metabólica de las bacterias produjo
depósitos de carbonato de hierro que cubrieron y sellaron los tejidos blandos, lo
que permitió su conservación.
Los artrópodos, como
arañas, ciempiés, grillos, cucarachas, libélulas, termitas, escarabajos o
moscas, son el grupo más diverso, pues representan un 45% del total de los
géneros descritos. Los restos de flora, por su parte, abarcan todos los grandes
grupos vegetales del Mesozoico y en ellos puede observarse la transición
evolutiva de gimnospermas a angiospermas (plantas con flores). La colección de
vertebrados recuperada comprende también una importante variedad: desde diversos
grupos de peces, como los celacantos, hasta anfibios, tortugas, lagartos,
cocodrilos y dinosaurios. Dentro de estos últimos, está el primer ornitomimosaurio encontrado en Europa y uno
de los más antiguos, el Pelecanimimus
polyodon.
El área está vallada y
sólo se puede visitar con un permiso de la Consejería de Cultura de la
Comunidad de Castilla La Mancha.
Más sitios en España
La comarca de Orce,
en Granada, presenta una rica y diversa información paleontológica sobre los
ecosistemas del Pleistoceno inferior. Además, contiene los primeros inicios de presencia
humana en la península ibérica. El yacimiento de Venta Micena ha proporcionado
más de 15.000 restos fósiles; y los de Fuente Nueva-3 y Barranco León-5, un conjunto
de útiles líticos compuestos por más de cien piezas en cada caso, manufacturados
por homínidos de hace más de un millón de años.
En Fuente Nueva-3
también hay restos de un antiguo pantano y de grandes herbívoros, como
hipopótamos, elefantes y rinocerontes. Tanto Venta Micena como Fuente Nueva
tienen una antigüedad fechada en unos 1,2 millones de años. Barranco León es
anterior: su edad se estima en torno a los 1,3 millones de años. El pueblo de
Orce posee, además, el Museo de Prehistoria y Paleontología Josep Gibert. www.orce.es
La localidad
zaragozana de Murero contiene uno de los yacimientos más importantes del
Cámbrico. Se han descrito setenta especies de trilobites, además de distintos
tipos de braquiópodos, equinodermos y microfósiles conchíferos relacionados con
moluscos. También abundan algas, esponjas, crustáceos y otros invertebrados. El
equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza que estudia este yacimiento
ha señalizado dos rutas con carteles explicativos para que los visitantes y estudiantes
puedan conocer de cerca el lugar y cómo se trabaja en él. wzar.unizar.es/murero
La sierra de
Atapuerca, en Burgos, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2000,
conserva un registro paleontológico y arqueológico excepcional por su
abundancia, preservación e importancia. La cronología que abarcan los fósiles rescatados
de la Trinchera del Ferrocarril es muy amplia y corresponde, sobre todo, a
rellenos depositados durante el Pleistoceno inferior y medio, hace entre 1.200.000
y 200.000 años. Casi todas las excavaciones han proporcionado restos humanos, algo
excepcional en este tipo de yacimientos. Además, los rescatados en la Sima del
Elefante, con una edad aproximada de un millón de años y pertenecientes al Homo antecessor, son de los más antiguos
encontrados en Europa. www.atapuerca.com
Etiquetas: Sitios donde perderse
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