Física cotidiana: la ciencia en la cocina
(Un reportaje de Elena Pérez Beriain publicado en el Heraldo de
Aragón del 5 de junio de 2011)
Cocer
la verdura en pocos minutos en una olla rápida, congelar la carne a 200 bajo
cero o limpiar el horno sin frotar no es magia... es ciencia. La física está
presente en nuestra vida cotidiana y en la cocina hasta el aparato más sencillo
funciona gracias a los principios básicos de las leyes de la termodinámica, del
electromagnetismo o de la mecánica.
Horno microondas
Calienta el agua de los alimentos
Los
hornos de microondas son electrodomésticos muy comunes ahora, pero el primero
que salió al mercado (en 1947) medía 1,60 metros, pesaba 80 kilos y costaba
5.000 dólares. Gracias a un aparato llamado magnetrón, se convierte la energía
eléctrica en electromagnética (ondas microondas de 2,45 gigahercios de
frecuencia). Éstas se reflejan en el interior de la cavidad metálica cerrada y
forman ondas estacionarias. Un plato giratorio permite que la comida se
caliente de forma más uniforme. Las microondas son fuertemente absorbidas por
el agua contenida en los alimentos logrando así un calentamiento rápido.
Tostadora
Un desayuno al rojo vivo
A
través del efecto Joule, la energía eléctrica se convierte en térmica. Las
tostadoras albergan en su interior dos láminas de mica envueltas por una red de
alambre de nicrom. El alambre es una resistencia por la que pasa la corriente
eléctrica proveniente del enchufe y que, al calentarse, se pone incandescente y
cede calor, y este se aprovecha para tostar el pan. Un conjunto de palancas
permite aprisionar la tostada a los alambres y liberarla, pudiendo regular el
tiempo de trabajo a través de un temporizador que también corta el suministro
eléctrico, enfriándose así el interior de la tostadora.
Olla a presión
Un invento con sello aragonés
Ideada
por un francés a finales del siglo XVII, fue el zaragozano José Alix quien
consiguió la primera patente en 1919. La cocción convencional se realiza a
presión normal y 100ºC de temperatura. Estas ollas aceleran los procesos –superando
los 130ºC– y permiten cocer los alimentos a gran velocidad. Su funcionamiento
se basa en la Ley de Gay-Lussac y en el diagrama de fases del agua. El
recipiente se cierra herméticamente y se va calentando. Parte del agua se
evapora, pasa a la fase gaseosa y sube la presión en el interior. Cuando se
alcanza el máximo admisible, la válvula de cocción se abre y sale el vapor,
aliviando así la presión.
Horno pirolítico
Restos carbonizados a 500º
Los
hornos pirolíticos incorporan un sistema de autolimpieza que eleva la
temperatura habitual –que oscila entre los 100º y los 250º– hasta los 500º,
consiguiendo carbonizar los restos orgánicos que quedaran adheridos en las
paredes. Después, una vez frío, las partículas quemadas se retiran con un paño.
Se unen varios principios: efecto Joule, convección forzada y aislamiento
térmico. Los hornos convencionales constan de unas resistencias que se
calientan para generar una temperatura alta para cocinar, un ventilador que
distribuye el calor y un cristal especial que permite observar el interior sin
peligro.
Campana de extracción
Adiós a los humos y a los malos olores
Las
campanas extractoras permiten eliminar el humo y los olores de nuestras cocinas
filtrando y evacuando el aire, por lo que su funcionamiento resulta vital a la
hora de cocinar. Básicamente se componen de tres partes: la campana, el filtro
y el extractor. Este último transforma la energía eléctrica de la red en
energía mecánica y, para ello, incluye un motor eléctrico de corriente alterna
que utiliza la corriente eléctrica proporcionada por el enchufe para hacer girar
un eje a gran velocidad. En este se acopla un ventilador que trabaja como
extractor. En ocasiones, este tipo de aparatos pueden incorporar también filtros
de carbón activado que, por adsorción (no confundir con absorción) consigue
eliminar olores. El extractor genera una depresión en su entrada que facilita
la circulación del flujo de aire hacia la campana.
Vitrocerámica de inducción
El calor, del metal de la olla a la comida
La
vitrocerámica convencional, basada en una simple resistencia que genera calor
por efecto Joule, es el sistema más sencillo; sin embargo, la de inducción requiere
técnicas bastante más avanzadas. Su principio básico es la ley de Faraday: un campo
magnético variable induce corrientes en superficies metálicas que están en la
cercanía del campo. Por eso al colocar el recipiente, que debe estar fabricado
con un material conductor que sea ferromagnético, las corrientes inducidas en él
lo calientan (por efecto Joule). Una de las principales ventajas de esta
tecnología es su rapidez de funcionamiento, porque el calor se produce de forma
instantánea. La llegada de las vitros de inducción al hogar supuso una
revolución, ya que el vidrio es más fácil de limpiar, puesto que lo que se
calienta es el recipiente.
Lámpara de techo
Sistemas de iluminación eficientes
La
cocina es una estancia en la que solemos permanecer largos periodos y es
conveniente utilizar bombillas eficientes. Las lámparas incandescentes (las más
ineficientes) emiten luz calentado eléctricamente, mediante el efecto Joule, un
filamento de wolframio que está en una ampolla de cristal rellena de un gas
inerte a muy baja presión. Al calentarse emite radiación en el espectro
visible. Las lámparas de descarga contienen un gas que se ioniza y que, al
volver a su estado de energía inicial, emite fotones ultravioletas. Estos
chocan con el recubrimiento fluorescente del interior del tubo que finalmente
despide fotones de espectro visible. Y, por último, los LED, que son un tipo de
diodos, formados por la unión de un semiconductor tipo P con otro de tipo N.
Batidora
Energía mecánica para triturar
Las
batidoras son pequeños electrodomésticos que transforman la energía eléctrica
en mecánica, permitiendo triturar alimentos. El corazón de la batidora es un
pequeño motor eléctrico de corriente alterna que, a través del fenómeno
conocido como inducción electromagnética, utiliza la corriente eléctrica para
hacer girar un eje a gran velocidad. En el otro extremo del eje se acoplan unas
cuchillas giratorias (en forma de aspas), que al introducirse en los alimentos
generan un torbellino que los atrae y los desmenuza. Existen distintos tipos de
batidora, desde la que se denomina de brazo –que no falta en ninguna cocina–
hasta la de vaso. Este tipo de aparato se conoce como licuadora en Latinoamérica.
Cafetera exprés
Temperatura y presión
Para
hacer un buen café exprés se necesitan dos cosas: temperatura y, sobre todo,
presión. La cafetera hace pasar agua caliente (a una temperatura de entre 80 y
100º), con una presión de 15 a 19 bares durante 20 o 30 segundos por café
molido muy fino. Las cafeteras exprés –a diferencia de las convencionales– no
calientan todo el depósito de agua, sino solo el que se va a utilizar para cada
taza. Una bomba toma el agua del depósito y la bombea a alta presión al interior
de un serpentín. Sobre este se enrolla una resistencia eléctrica, que se
calienta por efecto Joule, cediendo así su calor al agua. El agua pasa por el
café molido y la alta presión proporciona la cremosidad tan característica.
Frigorífico
El calor, de dentro afuera
Un
frigorífico, es una máquina térmica que permite transferir energía en forma de
calor de un ambiente a otro, según
se requiera. El frío no existe, lo que hay es «falta de calor». El proceso para
extraer el calor del interior de la nevera (y así enfriar su interior) no es
espontáneo en la naturaleza, ya que el exterior del frigorífico está más caliente
que el interior y, según el segundo principio de la termodinámica, si tenemos
dos focos a diferente temperatura, el foco caliente (en este caso el exterior) cederá
calor al frío (en el interior) hasta que las temperaturas de ambos se igualen.
Para extraer calor, necesitamos realizar trabajo. Por ello el frigorífico
consta de un termostato para regular la temperatura del interior, que controla
un compresor cargado de un refrigerante. Básicamente, utilizamos la evaporación
de este para absorber calor y poderlo sacar fuera. Así, por un proceso de
compresión y descompresión del refrigerante, que sufre transformaciones de temperatura
y de fase, se saca el calor del interior por la rejilla de la parte posterior.
Información facilitada por Lidia Ranz, profesora de Física en el IES Pablo Serrano de Zaragoza; Adolfo Amella, físico y profesor de Tecnología en el IES Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro (Zaragoza); Jesús Acero, profesor titular de Tecnología Electrónica de la Universidad de Zaragoza ymiembro del grupo de electrónica de potencia ymicroelectrónica (GEMP) del i3a; y Rafael Alonso, profesor de Física Aplicada de la Universidad de Zaragoza y responsable del grupo de tecnologías fotónicas (GTF) del i3a.
Etiquetas: Ciencias de todo pelaje (física - química - matemáticas-biología-anatomía-medicina...)
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