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sábado, septiembre 27

El reúma no existe



(Un texto de Silvia Fernández en Mujer de Hoy del 25 de diciembre de 2010)

Hay que acabar con el mito. O al menos ése es el mensaje que está intentando transmitir los reumatólogos a todas esas personas que ante ciertos dolores afirman que sufren reúma. Por eso, vamos a contar verdades: ningún médico te puede diagnosticar reúma, porque en medicina no existe este término que, por cierto, se utiliza equivocadamente para referirse a cualquier enfermedad del aparato locomotor. Pero lo que sí hay son más de 250 enfermedades reumáticas, que pueden y deben ser diagnosticadas y tratadas por el reumatólogo.

Estas enfermedades se caracterizan por la aparición de alteraciones en uno o varios de los elementos del aparato locomotor, es decir, los huesos, las articulaciones, los músculos, los tendones y los ligamentos. Por tanto, entre ellas se encuentran patologías tan diversas como la artrosis, la osteoporosis, la artritis reumatoide, la espondiloartritis o la gota. “A veces, la enfermedad es consecuencia de un trastorno inmunológico que produce manifestaciones clínicas en otros órganos o sistemas, además de afectar al aparato locomotor, como el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de Sjögren, la esclerosis sistémica, las miopatías inflamatorias o las vasculitis”, explica la dra. Raquel Almodóvar, adjunta especialista de la unidad de Reumatología del Hospital Universitario Fundación Hospital Alcorcón.

Otra idea errónea que suele asaltarnos al pensar en estas dolencias es que solo se dan en personas mayores. Aunque sí es cierto que algunas de ellas, como la artrosis o la osteoporosis, se asocian con la edad, muchas otras las padecen adultos jóvenes, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerosis sistémica, la espondiloartritis... o, incluso, los niños, como la artritis idiopática juvenil.

Y el último error y definitivo: artrosis y artritis no es lo mismo. La artrosis es una enfermedad que origina desgaste del cartílago articular, mientras que la artritis es un síntoma que consiste en la inflamación de la articulación. Para que todo te quede claro, a continuación te enumeramos las enfermedades reumáticas que más afectan a las mujeres. Ante la duda, acude a tu médico. 

ARTROSIS

¿QUÉ ES?: una enfermedad degenerativa articular vinculada con el envejecimiento que lesiona el cartílago y origina dolor, rigidez e incapacidad funcional. Es la patología reumática más prevalente, afecta al 10% de la población y, especialmente, a las mujeres. Hasta los 50 años, la prevalencia de la artrosis es similar en ambos sexos, pero a partir de esa edad la afección de manos, caderas y rodillas es mayor en ellas. 

SÍNTOMAS: el principal es el dolor que suele aparecer cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma, bien sea un esfuerzo de movimiento o de carga. En general, empeora a medida que avanza el día. Este dolor se suele localizar en la columna cervical y lumbar, en algunas articulaciones de los dedos de las manos, la cadera y la rodilla.

TRATAMIENTO: su objetivo es el alivio del dolor y mantener la capacidad funcional de la articulación. Existen diversas alternativas, que incluyen los tratamientos físicos, los medicamentos y, a veces, la cirugía (para los casos más avanzados). Las claves para tratar la artrosis son, además, practicar ejercicio moderado, evitar la obesidad y tomar analgésicos (paracetamol) y/o antiinflamatorios (tópicos y orales). Las infiltraciones intraarticulares de derivados de la cortisona o de ácido hialurónico pueden ser útiles en algunos casos. 

ARTRITIS REUMATOIDE

¿QUÉ ES?: Una patología en la que se produce la inflamación de la membrana sinovial de múltiples articulaciones. La persistencia de esa inflamación origina una destrucción progresiva de las articulaciones y grados variables de deformidad e incapacidad, por lo que es importante el diagnóstico y el tratamiento precoz. Esta patología es muy frecuente, la padece una de cada 200 personas (200.000 afectados en España). 

SÍNTOMAS: la inflamación de las articulaciones y el dolor. A veces sólo el reumatólogo puede detectar esta hinchazón mediante palpación. Las articulaciones afectadas con más frecuencia son las muñecas, los nudillos, los dedos, los codos, las rodillas y los tobillos. Además, por las mañanas puede haber difi cultad para el inicio de los movimientos que puede durar horas.

TRATAMIENTO: no se puede curar, pero sí controlar. Existen varios grupos de fármacos para cumplir este objetivo. Por un lado, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y los corticoesteroides, que alivian los síntomas. De otro, los modificadores de la enfermedad (FAMEs) y, para los pacientes que no toleran los fármacos anteriores, se utilizan terapias biológicas de las que, a su vez, hay varias familias de medicamentos. Tanto los FAMEs como los tratamientos biológicos controlan la actividad de la enfermedad y evitan la destrucción articular en un alto porcentaje de pacientes, pero requieren control por parte del reumatólogo y una estrecha colaboración del paciente.

LUPUS

¿QUÉ ES?: Un trastorno en la que el sistema inmunológico, que normalmente produce anticuerpos para proteger al organismo, se “confunde” y no diferencia entre las partículas extrañas y las propias células o tejidos, y produce anticuerpos en contra de “sí mismo”. Esos “autoanticuerpos” producen la inflamación y dañan los tejidos.

SÍNTOMAS: puede afectar a muchos órganos (piel, articulaciones, riñones, corazón, pulmones, sistema nervioso central...), pero la mitad de los pacientes tienen afectación casi exclusiva de la piel y las articulaciones. El 90% tienen dolor e inflamación de las articulaciones (artritis), afectando, sobre todo, las de los dedos de las manos, las muñecas, los codos, las rodillas y las de los pies. Es frecuente que empeore tras el descanso nocturno y el paciente note “rigidez articular” por las mañanas. La piel es otra localización habitual del lupus. La lesión más conocida es el llamado “eritema en alas de mariposa”, un enrojecimiento y erupción de la piel en las mejillas y la nariz. En líneas generales, las lesiones de la piel en el lupus aparecen en cualquier parte del cuerpo y no dan molestias. Además, estos pacientes tienen una piel muy sensible a los rayos ultravioletas (fotosensibilidad) y de hecho a menudo la enfermedad aparece tras una exposición prolongada al sol. Por tanto es importante que usen cremas con factor de protección 60.

TRATAMIENTO: se usan fármacos que controlan la actividad inflamatoria de la enfermedad para evitar su progresión. El tratamiento debe estar adaptado a cada paciente. Entre los medicamentos utilizados están los corticoesteroides, los antipalúdicos, los inmunosupresores y, lo más novedoso, las terapias biológicas. 

ESCLERODERMIA

¿QUÉ ES?: Una dolencia crónica que afecta principalmente a la piel, la cual se esclerosa por exceso de acumulación de fibras de colágeno; pero también puede atacar a otros órganos, como los pulmones, el intestino, el riñón o el corazón. Se da en una de cada 50.000 personas y es más frecuente en mujeres de mediana edad.

SÍNTOMAS: dentro de los más frecuentes destaca el denominado fenómeno de Raynaud, que consiste en un cambio de coloración de los dedos de las manos con la exposición al frío (se vuelven pálidos y después violáceos). En ocasiones, este síntoma precede en años al desarrollo de la enfermedad, por lo que es importante detectarlo para realizar un diagnóstico precoz. Suele haber afectación de la piel con una leve tumefacción de la piel de las manos y pies al inicio, que, en algunos casos, se va extendiendo y puede afectar a todo el cuerpo. Posteriormente, la piel se vuelve rígida y dura, se hace difícil de pellizcar y a veces limita los movimientos de las articulaciones. También se puede producir dolor en las articulaciones; problemas digestivos, como difi cultad para tragar, estreñimiento o diarrea, y problemas cardiorrespiratorios.

TRATAMIENTO: muchas de las manifestaciones de la enfermedad pueden tratarse, por lo que el pronóstico puede variar mucho si se recibe o no el tratamiento adecuado, que debe ser individualizado en cada paciente según los órganos afectados. Entre el arsenal terapéutico se encuentran los vasodilatadores, los corticoesteroides, los antipalúdicos y, en determinados casos, los inmunosupresores. Además, se recomienda evitar una serie de factores que empeoran el Fenómeno de Raynaud, como el tabaco, la exposición al frío y las vibraciones de algunas máquinas industriales. Conviene ejercitar el movimiento de las zonas afectadas para evitar la atrofia de los músculos y la rigidez de las articulaciones.

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