El pueblo más pequeño con semáforos

(Leído en el periódico universitario de la primera quincena de junio de 2014)

Purujosa es una pequeña localidad del Aranda, enclavada en un espolón rocoso entre los cauces del río Isuela y del barranco de la Virgen. Situada al noroeste de la comarca, es la última población de la provincia de Zaragoza antes de entrar en la de Soria y gran parte de su término municipal queda incluido dentro del espacio protegido del Parque Natural del Moncayo.

Según el último censo, cuenta con apenas 39 habitantes que, cuando llega el invierno, se ven reducidos hasta quedarse en cinco o seis vecinos. A pesar de estos datos, y de que su trazado tan solo lo dibujan ocho calles, Purujosa tiene dos semáforos que hacen de la localidad el lugar con menos habitantes del mundo donde se regula el tráfico con señales luminosas.

La calle de acceso al pueblo configura un tramo de unos 500 metros y un gran desnivel: es tan estrecha que impide quedos coches puedan pasar al mismo tiempo y para evitar situaciones conflictivas se instalaron dos semáforos que regulan la circulación.

Así, las 24 horas de todos los días del año, el semáforo cumple su importante función. A pesar de todo, para los visitantes no es recomendable callejear por la localidad, siendo lo más útil dejar el coche en un pequeño aparcamiento situado en la zona alta y de ahí tomar alguno de los senderos que permiten conocer su hermoso entorno.

No es la única peculiaridad de este pequeño pueblo. Purujosa aparece citada en la obra de Gustavo Adolfo Bécquer "Cartas desde mi celda", en la que el escritor más representativo del Romanticismo español menciona un viaje de Tarazana a Trasmoz en que fue guiado por unos vecinos de la localidad que habían acudido a vender carbón.