Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

jueves, abril 7

Puente de Santiago, el puente de los dos arcos

(Un texto de Javier L. Velasco en el Heraldo del 12 de octubre de 2014)

La saturación y el mal estado de conservación de los puentes de la ciudad, junto con los planes para la margen izquierda, obligaron a Zaragoza a proyectar un nuevo paso sobre el Ebro a la altura de la avenida de César Augusto. Casi medio siglo después, la presencia del tranvía y de un carril bici lo han rejuvenecido.

Es punto de cruce diario para vecinos de la margen izquierda, histórica puerta de entrada para visitantes procedentes de la carretera de Huesca y, desde hace unos años, hasta soporte para los candados que enganchan las parejas de enamorados evocando la neocostumbre del puente Milvio de Roma. El de Santiago de Zaragoza no es -ni mucho menos- tan antiguo, pero ya roza el medio siglo de edad y lo hace con aspecto y espíritu renovado. De soportar sobre sus cimientos hasta ganado cruzando por la acera, […] y seis carriles de circulación, ha pasado a solo tres y a encarnar los cambios que ha sufrido la ciudad al acoger también el paso del tranvía -sin catenaria- y de multitud de ciclistas por su nuevo carril bici.

Se inauguró el 13 de marzo de 1967 para quitar tráfico al puente de Piedra y al de Hierro, saturados y en mal estado de conservación, y para sustituir a la vieja pasarela metálica peatonal que se instaló en 1935. El otro objetivo fue poder encauzar la actividad que se desarrollaba al otro lado del Ebro, con la pujanza que asumía la Academia General Militar. Hoy ha perdido la importancia que tuvo como cruce de vehículos, la misma que han ganado otros puentes más periféricos como el de la Almozara o el del Tercer Milenio. Por contra, es clave en el trazado del tranvía para enlazar la margen izquierda con la avenida de César Augusto y, con ella, el Casco Histórico de la ciudad.

Como (casi) todo lo nuevo que llega a la ciudad, el proyecto impulsado por el alcalde Luis Gómez Laguna lo hizo con cierta polémica. Su diseño rompía con la estética habitual de los puentes, con un número impar de arcos, y el central algo más ancho que los laterales. Sin embargo, el siempre heterodoxo río Ebro recomendaba dibujar solo dos, de 62 metros cada uno, ya que en caso de hacer tres, uno de ellos tenía que asentarse en la zona más profunda del cauce y la obra se complicaba. El ingeniero Tomás Mur Vilaseca buscó ligereza y esbeltez en el diseño, con 32 metros de anchura y 187 de longitud.

Su importancia creció exponencialmente a partir de 1970. Entonces se lanzó la llamada Actuación Urgente Puente de Santiago, con la que se dibujó casi una nueva ciudad, con viviendas para 108.000 habitantes que se iban a asentar sobre las huertas que existían entre la autopista A-2, el río Ebro y las viejas construcciones del Arrabal zaragozano. Como nudo de tráfico, su eficacia era dudosa. La estrechez de la avenida de César Augusto, obligada por la presencia del Torreón de la Zuda, de las Murallas Romanas y del Mercado Central, convertía en un considerable embudo la salida y entrada de la ciudad por este punto. Los viejos atascos de la zona, sin embargo, acabaron de un plumazo con la renovadora (y polémica) llegada del tranvía. La peatonalización de la avenida de César Augusto ha limitado la movilidad en coche y en autobús urbano, pero también ha convertido una vieja estética de humo y ruido en un paseo más diáfano y mucho más amable.

Etiquetas: