La técnica más adecuada para reducir el estrés
(La columna de Eduardo Punset en el XLSemanal del 9 de
febrero de 2014, en respuesta a un lector que preguntaba cual es la técnica más
adecuada para reducir el estrés)
Es cierto que la gente, en este siglo XXI, ya no ejecuta sus
tareas de una en una, sino que, de pronto, se encuentra hablando por teléfono
con su hija en Nueva York mientras paga una factura atrasada de albañilería en
la casa; o, a pesar de los peligros del tráfico, no tiene más remedio que
conducir mientras su mujer le lee la lista de la compra. La verdad es que la
tecnología le permite hoy en día dividir sus acciones en pequeños pedacitos de
información que antes requerían el cuerpo y la mente de una sola persona.
A lo anterior los americanos lo denominan ser capaz de
acometer tareas multitarea; es decir,
hacer varias cosas a la vez. Es algo que hemos aprendido desde pequeñitos.
Pero, paradójicamente, no hemos sabido tomar nota del diseño de la ejecución que
comporta hacer varias cosas a la vez. Hemos aprendido antes el desarrollo
intuitivo de las diversas tareas encomendadas que la ejecución concreta de cómo
hacerlo.
Me viene al recuerdo un gran sabio y científico que vive la
mayor parte de su tiempo en el Tíbet cuando intentaba explicarme cómo fijar la
atención al abordar varias tareas; no debía descuidarse ni un segundo para
poder llevar a la práctica actividades que no tenían nada en común: ahondar en
el corazón de las cosas, dejar que la mente no pensase en nada y aislarse del
resto del mundo. Lo que yo no sabía era que todo eso lo iba a hacer «mirando
fijamente la punta de su nariz en busca del secreto».
Lo que estaba sugiriendo uno de los mejores biólogos del
mundo es que se puede pensar en todo y en nada al mismo tiempo. En este
sencillo ejercicio están las bases de las llamadas 'técnicas mentales para
reducir el estrés' (mindfulness-based
stress reduction o MBSR), que tienen miles de seguidores en todo el mundo.
Para hacer frente a las múltiples distracciones que
caracterizan nuestra vida cotidiana, no cabe duda de que la contemplación
—incluida, por supuesto, la meditación— es la respuesta y la salida a la crisis
permanente en la que vivimos.
A los que miramos los ejercicios de contemplación o de
meditación por primera vez, nos sorprende la ausencia del recurso a la
espiritualidad. Al contrario, el sentido común es el primer paso indispensable
para ayudar a pensar. El segundo paso tiene más que ver con la divulgación
científica que con las ciencias del espíritu. Es, precisamente, la divulgación
científica aplicada a los resultados de la nueva moda de la contemplación la
que ya ha demostrado el poder inconmensurable de la voluntad individual para
alterar conductas y propuestas.
Los expertos enumeran cinco pasos bien diferenciados, cinco
escalones que conducen a la contemplación y meditación. En primer lugar,
adoptar una postura de descanso. En segundo lugar, respirar profundamente
gracias a una absorción moderada de aire y su consiguiente exhalación. En
tercer lugar, dejar que el organismo supere el acto de respirar profundamente
para acariciar, muy brevemente, los pensamientos a los que se renuncia. En
cuarto lugar, tomar nota de que el acto de respirar fue interrumpido por algún
pensamiento para volver cuanto antes al proceso respiratorio. Basta con repetir
durante diez minutos cada día lo anterior —y ese es el quinto paso— para
constatar que ha mejorado la focalización de la atención.
Es difícil no sacar partido de lo anterior. Es improbable
que se equivoquen tantos científicos que han demostrado que las técnicas MBSR
mejoran la atención en un mundo cada vez más pormenorizado y diverso. […]
Etiquetas: Pensando en la salud
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