Bombas en Guernica, ¿un regalo para Hitler?
(Un texto de Kirmen Uribe en El País Semanal del 22 de
septiembre de 2014)
El asedio de la Luftwaffe sobre la localidad vizcaína fue el prólogo de la II Guerra Mundial; y una ofrenda para el Führer.
Hace 75 años empezó la
II Guerra Mundial con la invasión nazi de Polonia. El asedio de Varsovia
duró casi todo el mes de septiembre, bombardeada por aire y cercada por
tierra. La ciudad capituló no porque no podían resistir militarmente
(el frente se había estabilizado y podrían haber aguantado algo más),
sino por la situación de la población civil, exhausta y horrorizada por
los bombardeos a objetivos civiles. No podían entender cómo escuelas o
mercados pudieran ser arrasados sin piedad por los alemanes. El miedo se
extendió a la misma velocidad de los proyectiles.
Según
estudios que han salido a la luz recientemente, la Luftwaffe ensayó
esta estrategia de bombardeo indiscriminado en Gernika dos años antes,
en abril de 1937. A una escala mucho menor, pero el procedimiento
utilizado por la aviación fue el mismo. En palabras de Xabier Irujo,
historiador de la Universidad de Nevada (EE UU), el ataque fue “una
combinación de carpet bombing [bombardeo de saturación] y shuttle bombing
[bombardeo continuo mediante un tren de ataque aéreo]. Con esta técnica
se obtiene una mayor densidad de fuego sobre el objetivo, dado que el
conjunto de la carga explosiva se lanza dentro de los márgenes de un
estrecho corredor aéreo formado por tres o más aviones volando en
formación de cuña”. Se lanzaron entre 31 y 41 toneladas de bombas sobre
Gernika. La ciudad quedó totalmente arrasada, tan sólo el 1% de los
edificios no fueron afectados.
Así, el viejo aviador nazi encomendó la organización del ataque al coronel Wolfram von Richthofen, quien lo programó metódicamente. Debía de ser a mediados de mes, pocos días antes del cumpleaños del Fürher. La operación la llevaría a cabo la Legión Cóndor, dirigida por el general Hugo Sperrle. Sin embargo, las cosas no salieron como estaban previstas. Los suministros no llegaron a tiempo y el bombardeo se tuvo que retrasar unos días. El dictador cumplía años el 20 de abril y, finalmente, el bombardeo de Gernika fue el 26. Aun llegado con retraso, Hitler se entusiasmó con el regalo de su lugarteniente, aunque no lo suficiente como para nombrarlo ministro de Defensa. Hitler ya había asignado el puesto a otra persona: a sí mismo.
[...]
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia
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