No hay problema de salud que no resuelva un par de cañas

(Un texto leído en el XLSemanal del 20 de septiembre de 2015)

Esto no es un anuncio de cerveza, pero bien podría empezar con la consabida advertencia: «Consumir con moderación...». Y es que, como afirman diversos estudios, el consumo moderado de 'zumo de cebada' podría ejercer efectos beneficiosos en nuestra salud. La última revelación es un estudio del National center for Biotechnology de Estados unidos que señala que en consumidores de cerveza se detecta una menor concentración de betaamiloides, la proteína que se relaciona con la formación de placas del alzhéimer. Es decir, que podría ser beneficiosa para ralentizar las demencias. Vale que el estudio se hizo solo sobre 125 hombres, pero siempre es una excusa para tomarse una caña y, además, no es el único estudio a favor de esta bebida.

Según un trabajo del Hospital Clínic de Barcelona, la cerveza mostraría también un efecto protector en la aparición de la aterosclerosis, así como sobre distintos factores de riesgo cardiovascular. Estudios previos ya habían aireado beneficios para la salud de los huesos; una reducción -entre un 25 y un 40 por ciento- del riesgo cardiaco y también de la diabetes; o hasta un 40 por ciento menos de posibilidades de desarrollar cálculos renales. Todo ello, conviene subrayar, con dosis inferiores a dos cervezas por día para los hombres y de una al día para las mujeres. Y esto no es un comentario sexista. Tiene que ver con el peso medio.

Y si busca una excusa definitiva, ahí va: hay un estudio que estima que el consumo de cerveza previene cerca de 26.000 muertes al año. No se aclara por quién está financiado.