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viernes, junio 14

Calores que matan


(Un texto de Marisol Guisasola en la revista Mujer de Hoy del 4 de agosto de 2018)

Las altas temperaturas del verano pueden tener efectos negativos y hasta mortales. Pero ¿sabías que el temido golpe de calor no es el más frecuente de los males desatados por la canícula? Hacemos un recuento (a la sombra) de sus peligros y te ofrecemos las claves para prevenirlos. 

Resulta que, al final, Bruce Lee -leyenda de las artes marciales, cuya frase "be water, my friend" se hizo famosa en España por un anuncio-, no murió, como recogían la mayoría de versiones, por un edema cerebral provocado por sensibilidad a un analgésico, sino por un golpe de calor. Lo cuenta el periodista Matthew Polly en su nuevo libro Bruce Lee, A Life. Como le explicó Linda, viuda de Bruce, él ya había sufrido un desvanecimiento 10 días antes por la misma razón. "El día de su muerte, le filmaban en una zona donde habían apagado el aire acondicionado para no interferir con la banda de sonido -le contó Linda-. Salió con fiebre alta, tan mareado que cayó al suelo sin conocimiento. Trasladado a un hospital, los médicos diagnosticaron edema cerebral, pero mi conclusión es que se trató de un golpe de calor. Es una causa de muerte bastante frecuente en atletas jóvenes," se lamenta ahora Linda.

Pero el hecho es que junto a los golpes de calor, el agotamiento, la deshidratación, los sarpullidos; las quemaduras y los desmayos son flor de verano. Conocer los peligros ayuda a evitar riesgos.

Deshidratación

Cuando hace mucho calor, sudas y, con el sudor, eliminas agua y electrolitos indispensables, como el sodio, el potasio o el magnesio. Sed intensa; pocas visitas al baño para orinar; boca, lengua y ojos secos; confusión y mareo... son síntomas de deshidratación. ¿Qué hacer en ese caso? Busca la sombra y el fresco y toma una bebida rehidratante que te permita recuperar los electrolitos perdidos. Si los síntomas son intensos y no desaparecen, ve a tu centro de salud o a urgencias.

Agotamiento

Se da en personas que trabajan o hacen ejercicio al exterior en días de mucho calor, porque, en el intento de refrescarse, el cuerpo elimina mucha agua y electrolitos a través del sudor. Piel pálida húmeda, cansancio, debilidad, náuseas, cefaleas, calambres y confusión mental son sus síntomas, junto con algo de fiebre. ¿Qué hacer? Refréscate bajo la ducha (también puedes hacerlo con un pulverizador), toma una bebida rehidratante y túmbate a la sombra. Si no lo haces, puede derivar a golpe de calor.

Golpe de calor

Es la consecuencia más grave. Los síntomas son temperatura corporal de 40ºC o más, piel caliente y seca (no hay sudor), pulso rápido, náuseas y vómitos, confusión y hasta pérdida de conocimiento. ¿Qué hacer? Llama al 112 y, mientras llega la ayuda, traslada a la persona afectada a un sitio aireado y fresco, quítale ropa, túmbala con los pies en alto y mójale la piel con agua mientras le abanicas o le aplicas compresas frías en el cuello, axilas, ingles y cabeza. Si no se atiende pronto, el problema puede derivar en coma y fallecimiento.

Sarpullido (miliaria)

Suele darse en climas calurosos y húmedos cuando los poros (conductos sudoríparas) se obstruyen y el sudor queda atrapado bajo la piel. Ampollitas y bultos rojizos son sus síntomas, que pueden provocar picor. Aparecen sobre todo en axilas, ingles, cuello, el interior de los codos y bajo los pechos. ¿Qué hacer? Por lo general, la erupción desaparece por sí sola. Para evitarla, mantente lo más fresca y seca que puedas, con prendas holgadas de tejidos naturales. Si no remite o si hay signos de infección (como fiebre o pus) acude al médico.

Desmayos

El riesgo aumenta si viajas a climas muy cálidos (¡poca gente es consciente de que en realidad necesitamos varias semanas para acostumbrarnos a ellos!). En realidad, el desmayo se produce porque el sudor reduce el aporte de sangre al cerebro. ¡Recuerda que el 80% de la sangre es agua! ¿Qué hacer? Busca la sombra, túmbate con los pies más altos que la cabeza y toma despacio una bebida rehidratante o un refresco isotónico.

Quemaduras

Enrojecimiento, picor, dolor e incluso ampollas, fiebre y náuseas son la consecuencia de la sobreexposición al sol, además de arrugas, manchas cutáneas y aumento de riesgo de melanoma a largo plazo. ¡Y los riesgos no desaparecen con cielos grises, porque el 90% de la radiación uy penetra a través de las nubes y la bruma! ¿Qué hacer? Para conseguir la vitamina D que tu salud necesita, basta con que tomes 20 m de sol al día. Luego, busca la sombra y mantente hidratada. Y recuerda que el FPS de las cremas solares solo indica el tiempo que puedes exponerte al sol sin quemarte. ¡No son la protección total! 

Edema por calor

Piel tirante e hinchazón en piernas, pies y dedos de las manos son típicos en días de calor. Eso pasa porque el calor dilata los vasos sanguíneos y también porque dificulta el retorno de la sangre desde las extremidades al corazón y, como consecuencia, la sangre se acumula en ellas. Además, como en el caso del sarpullido, también se obstruyen los poros. ¿Qué puedes hacer? Para empezar, tomártelo con calma. No suele ser grave y generalmente los síntomas desaparecen cuando volvemos a casa y nos tumbamos a la fresca con los pies en alto. Pero si hecho esto no mejoras, consulta al médico para que descarte un problema renal, cardiaco u otras posibles causas. 

Calambres

Se producen por espasmos musculares, a menudo en el abdomen, los brazos o las piernas, cuando existe un déficit de sodio en el organismo. Pueden ocurrir después de haber sudado mucho, a menudo tras hacer esfuerzos físicos a pleno sol o en ambientes calurosos. Cómo actuar. Lo primero es dejar lo que estamos haciendo y buscar la sombra y el fresco. Enseguida, hay que rehidratarse con bebidas isotónicas (o bien con agua, con una pizca bicarbonato y unas gotas de zumo de limón) y no salir al exterior en las próximas horas, aunque cedan los calambres. Un nuevo esfuerzo podría derivar a un colapso o, aún peor, en un golpe de calor. Si los calambres no ceden, es imprescindible llamar al médico. También hay que buscar atención médica si el afectado tiene problemas cardiacos o sigue una dieta baja en sodio (sal). 

Cómo preparar una bebida rehidratante casera

Añade dos cucharadas de azúcar, media cucharadita de sal, media cucharadita de bicarbonato y una tacita de zumo de limón a un litro de agua. Remueve bien y mantenla fresca. Las bebidas isotónicas ayudan también a recuperar el agua y los electrolitos perdidos con el sudor.

Evita la cafeína y el alcohol

# Come ligero y más a menudo (verduras, frutas, ensaladas, gazpachos, yogures, kéfir, pescados a la plancha, revueltos ... son algunas opciones).

# Lleva ropa holgada de tejidos naturales y colores claros.

#No hagas ejercicio en exteriores en horas de sol y calor.

#Bebe mucha agua. Una orina muy amarilla o anaranjada indica deshidratación.

# ¡Jamás dejes a un niño o aun perro solos en un coche! Con una temperatura exterior de 21ºC, el interior puede superar los 45ºC en 1 h. (Si los ves, llama enseguida al112 y sigue sus indicaciones). Los bebés y niños pequeños tienen menos glándulas sudoríparas y son muy vulnerables a las altas temperaturas. Hay que mantenerlos bien hidratados, vestirlos con prendas frescas, sacarlos temprano (cuando no hace mucho calor) y luego tenerlos al fresco. Estos tres signos ayudan a identificar la deshidratación: lloros sin lágrimas, pocos pañales mojados y ojos y mejillas hundidos.

# Visita a personas mayores de tu entorno que viven solas, en casas poco aireadas y/o sin aire acondicionado para ver si están bien.

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