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sábado, abril 25

El triángulo rosa


(Extraído de un texto de Picos Laguna en el Heraldo de Aragón del 10 de febrero de 2019)

[…] Más allá de las fronteras europeas, líderes políticos ultranacionalistas, autoritarios y/o con discursos discriminatorios de la talla de Trump (EE.UU.), Putin (Rusia), Erdogan (Turquía), Duterte (Filipinas), Bolsonaro (Brasil) o Modi (India) gobiernan países que determinan las reglas del mundo. La extrema derecha basa su discurso en la identidad nacional, aunque van más allá del nacionalismo ordinario. Clara Roig explica que el politólogo holandés Cas Mudde propone en su libro 'Partidos de derecha radical en Europa' (2007) el término 'nativismo', que incluye la idea de que internamente las sociedades deben estar formadas por grupos homogéneos nativos (de una sola raza, cultura o etnia) y que todo aquel elemento no nativo, es decir, exterior, supone un peligro para la homogeneidad del Estado-nación. Y de él se excluye a los homosexuales, un inmenso colectivo social que no tuvo el estatus de ciudadanos hasta hace 40 años; que hasta 2014 no han tenido el respaldo de Naciones Unidas cuando el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó una resolución para combatir la violencia y la discriminación por orientación sexual, y que representó un logro muy importante para la defensa de los principios de la Declaración de Derechos Humanos.

Olvidados y despreciados siempre. Hasta en los propios barracones de la muerte de los campos de concentración y exterminio, donde eran los parias, a los que se les marcaba con un triángulo rosa. Considerados como los «de menos valor» de entre los presos, eran a menudo seleccionados para ir a los campos de exterminio de Mauthausen, Natzweiler o Gross-Rosen, o para realizar trabajos que implicaban la muerte. Fueron el último grupo de víctimas del nazismo en ser reconocido, en 1985, y no fue hasta 2002 que el gobierno alemán anuló las sentencias nazis (anteriores a 1945; las posteriores nunca han sido anuladas) y pidió disculpas oficialmente a la comunidad gay.

Además, los procesados de acuerdo con las leyes promulgadas en la Alemania nazi no fueron perdonados hasta 2016 por el Bundestag (parlamento) y se estima que el proceso ha limpiado el expediente de unos 50.000 hombres. La ley aprobada describe la criminalización de la homosexualidad como una medida especial contra los derechos fundamentales. Un ejemplo de la resistencia a reconocer a los homosexuales como víctimas es la placa conmemorativa de piedra que grupos LGBT habían pagado de su bolsillo para que fuese colocada en el campo de concentración de Dachau. La piedra tuvo que conservarse en una iglesia hasta que, diez años después, los homosexuales fueron aceptados como víctimas y se trasladó al campo. El pasado 27 de enero [de 2019] se celebró el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, una fecha en la que poco a poco se va haciendo también referencia a estos miles de olvidados.

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