Siete horas de sueño... y adiós infarto

(Escrito por Fco. Javier Alonso en el XLSemanal del 23 de enero)

Dormir menos o más tiempo aumenta hasta tres veces el riesgo de afección coronaria en menores de 60 años.

La Academia Americana de la Medicina del Sueño lo tiene claro: descansar -en la cama, cabe subrayarlo- menos o más de siete horas puede poner en jaque nuestro corazón. Y detalla que quienes duermen menos de cinco horas o más de nueve al día (incluyendo siestas) corren hasta tres veces más riesgo de sufrir dolencias cardiacas antes de los 60 años que las personas que duermen siete horas. El estudio de los doctores Sabanayagam y Shankar, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental (EE.UU.), ha analizado los datos de más de 30.000 adultos y los resultados fueron los mismos después de considerar la edad, el sexo y la raza de los individuos, así como sus hábitos de vida: si fumaban o bebían, si eran o no gordos, si estaban activos o echados la mayor parte del día en el sofá.

De la muestra estudiada, quienes duermen cinco horas o menos duplican el riesgo de sufrir una angina de pecho respecto a los que se recogen siete horas. Algo similar les ocurre a quienes duermen más de nueve horas, que tienden a sufrir más ictus e infartos. Los autores del estudio no saben el porqué, aunque señalan que la duración del sueño afecta a diversas funciones endocrinas y metabólicas relacionadas con la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina o la hipertensión, lo que puede causar el endurecimiento de las arterias. Shankar cree incluso que los médicos deben examinar la duración del sueño en enfermos cardiacos.

Leche de madrugada. Dormir lo justo y necesario, claro, no solo depende de querer, sino de poder hacerlo. La última novedad en la lucha contra el insomnio proviene de la empresa alemana Milchkristalle GmbH, que ha patentado la leche nocturna de vaca, obtenida entre las 2 y las 4 de la madrugada, para producir con ella lo que augura como el remedio más natural contra los trastornos del sueño, sin efectos secundarios para el organismo. Y es que a esas horas las vacas producen hasta 25 veces más de melatonina, «la hormona del sueño». Estudian ahora cómo hacer llegar esa leche fresca a los «consumidores-pacientes».