DC Comics: los orígenes I
(Extraído
de un artículo del suplemento Dom del 12 de diciembre de 2010)
México. Año 1916. El mayor norteamericano Malcom Wheeler-Nicholson
se encontraba en aquel país bajo las órdenes del comandante John J. Pershing para
capturar, con éxito, a Pancho Villa. Así es como arranca la prehistoria de DC
Comics, y así es como lo describe el majestuoso libro de la editorial Taschen 75 years of DC Comics. The art of modern
mythmaking. A través de sus más de700 páginas, en formato DinA3, el volumen
desgrana todos los secretos del nacimiento de la compañía y de sus superhéroes.
Poco tiempo después de su misión mexicana, Wheeler Nicholson
se trasladó a Filipinas. A las islas le siguieron sus campañas en Siberia,
Japón, Inglaterra y Alemania. Tras sus peripecias bélicas, Wheeler-Nicholson volvió
a América con una mochila cargada de experiencias. Sus peripecias le sirvieron
para arrancar un proyecto editorial en EE UU. Comenzó escribiendo para los pulp
magazines -llamados así por la rugosidad del papel- o Y en 1925,
lanzó una tira cómica diaria con Sven Elven inspirada en la obra de Robert Louis
Stevenson La Isla
del Tesoro.
Combinando
su habilidad creativa y el nacimiento del mercado del cómic, Wheeler-Nicholson
creó National Allied Publications en una oficina de la Cuarta Avenida y lanzó
el primer cómic americano de la historia en formato tabloide: NewFun: The Big Comic Magazine. Y en febrero
de 1935 echó a andar DC Cómics. En aquel mes se encargaron 120.000 ejemplares del
nuevo título.
Junto
a Wheeler-Nicholson, otros nombres insignes que figuran en los orígenes de DC son
los del editor Lloyd Jacquet, los dibujantes Whitney Ellsworth, Vince Sullivan y
SheldonMayer, que con el tiempo se convertirían en editores de la compañía. Por
su parte, Waltt Kelly y Raymond Perry se encargaron de la producción junto a un
jovencísimo Neal Adams. Y también formaron parte de este selecto grupo dos
hombres de Cleveland, que tímidamente aparecieron en el sexto número de New Fun. Eran Jerome Siegel y Joe Shuster.
A pesar
de la dramática situación económica mundial tras la Gran Depresión, New Fun cosechó un notable éxito. A finales
de 1935 Wheeler-Nicholson recopiló varias historias de New Fun en un libro Big Book
of Fun Comics. El primer anuario de trabajos y germen de los que años más tarde
editaría DC. Al mismo tiempo sacó otro título como New Comics. La expansión del negocio vino de la mano de Harry Donenfeld.
Y con Vince Sullivan, vino la de los títulos. Sullivan preparó Detective
Comics, que por primera vez era un cómic que se centraba en un solo tema y que
se desarrollaba en una larga historia. Las 13 páginas superaban con amplitud las
cuatro acostumbradas de obras anteriores. Un claro ejemplo de ello fue Slam Bradley, que contó con la maestría
de Siegel y Shuster. Pero para poder producir nuevos ejemplares de Detective, en 1937 Wheeler-Nicholson
necesitaba más capital. Y entró en escena Jack Liebowitz, contable durante años
de Donendelf, que ahora se convertía en socio.
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