¿Ingenieros o corredores de bolsa?
(La columna de Pablo Rodriguez Suanzes en el suplemento económico de El Mundo del 15 de julio de 2012)
Desde hace dos décadas, un número importante de
matemáticos, físicos e ingenieros ha reenfocado sus carreras hacia el mundo de
las finanzas, donde los sueldos son más jugosos y hay oportunidades para
jóvenes ambiciosos. Se ha escrito mucho sobre las consecuencias negativas de
este trasvase de talento, en el sentido de que los modelos matemáticos y los
instrumentos financieros que han ayudado a crear los quants tienen efectos muy perniciosos
(goo.gl/7cPQU). Sin embargo, hay una variante menos explorada. Una de las
consecuencias de que mentes brillantes abandonen la investigación científica en
favor de la financiera, es que la sociedad se estanca (goo.gl/TprWl). Tyler
Cowen, en The Great Stagnation,
afirma
provocadoramente que desde los años 70 hay muy poca innovación efectiva en el
mundo, salvo, de hecho, en el sector financiero
(goo.gl/BAhcj).
En un extraordinario post, Octavio Medina explicaba
esta semana que «un ensayo académico reciente llega a la conclusión de que los
aumentos de empleo en el sector financiero pueden tener efectos negativos sobre
la innovación productiva». (www.elblogsalmon.com/p/21854). ¿Cómo? El estudio
señala que los estudiantes que se gradúan en años de boom económico
tienden a emplearse en el sector financiero, mientras que cuando hay crisis,
«optan en mayor número por programas de postgrado en ciencia y tecnología». Y, por
tanto, hay más patentes durante los años malos que los buenos (economics.mit.edu/files/7363).
Otra investigación, de la Fundación Kauffman, «sugiere que hay una conexión
entre el creciente porcentaje de universitarios que eligen carreras ligadas a
las finanzas en EEUU y la reducción paralela de la tasa de creación de nuevas
empresas» (goo.gl/ODhTB).
Etiquetas: Economía para curiosos
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