Trébedes
(Parte del mismo artículo de ayer, pero centrándose en la
etimología de la palabra trébedes)
Por último, en el mismo ámbito de lo culinario, pero
alusivo en este caso no aun manjar sino a un utensilio de cocina, es pertinente
referirse al doble y a primera vista dispar significado del término trébedes/trébede.
La primera forma, en plural, procede de
purísima estirpe latina: tripes,-edis, “que tiene tres pies". Con
el significado de “aro o triángulo de hierro con
tres pies que sirve para poner al fuego sartenes o peroles, etc." (DRAE
22,ª edición, 2001). Era un utensilio imprescindible en los hogares
tradicionales, cuando la fuente de energía era la leña o el carbón. En la
actualidad se encuentra manifiestamente en desuso y resulta incompatible con
las modernas cocinas de gas o electricidad.
Esta forma que glosamos contempla la variante trebes y
sobre ella las diatópicas o geográficas: estrebes/ estreves en zonas
andaluzas, estreldes en áreas de tradición léxica asturleonesas, y estreudes
en regiones con fuerte impronta navarroaragonesa. Sería prolijo explicar la
evolución de cada una de estas palabras, sin embargo, al tratar la forma
popular dialectal andaluza estrebes/estreves, más cercana,
procede hacer un ejercicio de aproximación a la génesis de ambos términos: La
forma latina tripedes, con acento en la primera sílaba, y como es
habitual en el cambio al castellano, la consonante sorda p sonoriza en b;
lupus>lobo; de ahí trébedes.
Según Menéndez Pidal, la consonante sonora d,
al
ir en una sílaba postónica y pasar en el período del latín vulgar de dental a fricativa,
vacila mucho su permanencia; en algunos casos se conserva, como en sudar de sudare,
mientras en otros desaparece como en pies de pedes, (Orígenes del
español, 1976). Debido a estos cambios el vocablo nuevo sería trebes. La última mutación se produce al colocar delante el
artículo las (trebes), y sobre este conjunto sintáctico de artículo más
sustantivo, por un procedimiento eufónico que brota de la fonética sintáctica
(para mejor comprensión, similar a la Iiaçon francesa), se genera la sílaba
nueva(es) -protética-, que se antepone a trebes,' y así
llegaríamos al término estrebes/estreves, escrito indistintamente con b
o v por falta aún de fijación de la grafía de este sonido.
Trébedes es la habitual en la lengua
escrita: así figura en el Libro de Apolonio, en Covarrubias, en Autoridades,
en Cervantes, en la Pragmática de tasación (1680), en Pedro Antonio
de Alarcón, en Pardo Bazán, en Galdós, en Valle Inclán, en Azorín y en las doce
ediciones del diccionario de la RAE anteriores a 1899. Es en ésta de fines del
XIX hasta la actual cuando se registra una nueva acepción en singular trébede,
para designar algo bien distinto: “habitación, o parte de ella, que a modo
de hipocausto se calienta con paja"; se trata pues, de un habitáculo
caldeado por un horno debajo del pavimento.
El nombre le viene de la llamada cocina de trébede, propia
para mitigar los fríos en los duros inviernos castellanos, que se diseñaba
levantando una pequeña superficie del espacio total de la habitación, bajo la
cual se cocinaba con las trébedes, de manera tal que el propio calor de
la cocción servía para calentar la superficie elevada y amueblada con enseres
domésticos: mesa, sillas, algún banco, etc. para el uso confortable de sus
moradores. La hipótesis de este uso en singular, la trébede, la
habitación así calentada, podría explicarse por extensión del término trébedes,
al designar un recinto, un espacio, en singular, lejos ya del utensilio con
tres pies que dio lugar al plural del término.
Sin embargo, varios diccionarios de uso como el María
Moliner, el Seco y el Panhispánico de dudas, todos ellos de la segunda mitad
del siglo XX, recogen la forma en singular, trébede, para referirse al
aro con tres patas, probablemente por influencia de la segunda acepción.
Cabe concluir que tanto por su fidelidad a la etimología
latina y aval de uso en la amplia nómina de escritores de todas las épocas como
por las definiciones lexicográficas habidas hasta la actualidad, la posición de
la RAE es inequívoca: el término trébedes queda reservado para designar
el reiterado trebejo de cocina.
Etiquetas: Con las manos en la masa
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