¿Por qué salen las ampollas en los pies?

(Un texto publicado en El Mundo del 13 de marzo de 2011)

Generalmente aparecen por la fricción con el calzado o el calcetín. Este roce hace que se separen dos capas de piel y se forme una burbuja que se llena de líquido linfático y otros fluidos. El calor y la humedad favorecen su formación, así como los zapatos y medias incómodos. Por eso, para prevenirlas es esencial utilizar un calzado confortable y que facilite la transpiración. El uso de calcetines es otra medida preventiva y para realizar una larga caminata puede colocarse uno gordo sobre otro fino, para que la fricción se produzca entre ellos y no con la piel. También puede resultar útil llevar unos de repuesto y cambiarlos durante la marcha para evitar que se empapen de sudor, así como utilizar polvos de talco y proteger con vendas las zonas del pie más expuestas al roce. 

Por otra parte, se ha comprobado que la aparición de una ampolla suele ir precedida de enrojecimiento y escozor en la zona, por lo que conviene cubrir la piel afectada con un apósito ante los primeros síntomas. Aunque estas ampollas no suelen ser tan delicadas como las causadas por quemaduras, generalmente lo ideal es no reventarlas y dejar que el líquido se reabsorba. No obstante, si están en un área de mucho roce puede ser conveniente vaciarlas. Para ello hay que desinfectar la zona y la aguja que usemos para pincharlas, aplicando luego un producto antibacteriano y colocando un apósito para protegerlas. Nunca recortaremos la piel, ya que ésta será la mejor defensa frente a posibles infecciones, y aplicaremos estos mismos cuidados si se rompe sola. Si la ampolla contiene sangre es importante no explotarla e ir al médico, al que también debemos consultar en el caso de fiebre o de ampollas recurrentes.