El paradójico origen de la palabra empresario
(Texto de Carlos Salas en el suplemento económico de El Mundo del 2 de mayo
de 2010)
Los indios comanches formaban una de las tribus más salvajes de
Norteamérica. Tiene su explicación. A medida que los anglosajones se expandían
hacia el Oeste y les quitaban sus tierras, los ataques de estas tribus a los colonos
se hicieron más sanguinarios.
Los comanches formaban parte de la tribu de los shoshones hasta que, a
principios del siglo XVIII, descubrieron el caballo (importado por los blancos),
y decidieron formar su propia tribu de indios a caballo. En la novela original Bailando con Lobos los indios eran comanches,
pero la película los transformó en Sioux porque el director encontró más
nativos que hablasen el dialecto Lakota.
En el siglo XVIII, los comanches migraron de Wyoming a Texas y se
hicieron amigos de los españoles. Luego, azuzados por la expansión anglosajona,
los comanches comenzaron a atacar poblados de la corona española. Por entonces,
el virreinato de Nueva España abarcaba desde Wyoming hasta Panamá, parte de
Asia y Oceanía. Texas estaba incluido.
Texas era una tierra cálida, con temperaturas suaves todo el año (excepto
en el norte), bordeada por grandes ríos, llena de prados y bosques, aunque una
pequeña parte contenía desiertos. Casi todos los pueblos, montañas o ríos tenían
nombres españoles: San Antonio, El Paso, Guadalupe, Balcones, Río Grande... En
realidad eran misiones, que era como antiguamente se llamaban las embajadas españolas.
Los españoles enviaban misioneros para convertir a los indios, o ser muertos
por ellos.
Para contener los ataques indios, la corona española decidió en 1820 animar
a los agricultores de cualquier parte de América o de Europa a asentarse en
esas tierras lejanas. Los llamaron empresarios.
Uno de los primeros fue Moisés Austin. Era de origen anglosajón. Firmó un
contrato empresarial y cuando iba a comenzar su aventura, resulta que Nueva España
se independizó, dando lugar a México. Eso sucedió en 1821 y los españoles
perdieron todas aquellas tierras.
Pero a los indios comanches les daba igual, porque ellos seguían
atacando Texas, Arizona y México. Como eran tierras sin vigilancia, lejanas y poco
habitadas, el Gobierno mexicano decidió continuar la política española de crear
empresarios, concediendo más permisos
para atraer inmigrantes que labrasen y se asentasen en esa tierra.
La primera gran oleada de empresarios la comandó el hijo de Moisés
Austin, llamado Samuel. Trajo más inmigrantes hasta formar un grupo que se
llamó el de Las Viejas 300 familias. Y
tras ellos, fueron llegando más empresarios.
La mayoría, anglosajones del vecino Estados Unidos.
Pero llegó un momento en que empezaron a entrar empresarios sin permiso. Ilegales. El Gobierno mexicano intentó
filtrar esas entradas exigiendo que fueran católicos y que por lo menos
hablasen español. Algunos inmigrantes eran incluso delincuentes, lo que estaba prohibido
por la Constitución mexicana. Pero eso no era lo peor: los empresarios estadounidenses comenzaron a introducir esclavos negros,
lo que desde la independencia de México, estaba prohibido. En realidad, la
corona española ya lo habla vetado siglos atrás.
Los agricultores estadounidenses no hicieron caso y siguieron trayendo
esclavos a Texas. Llegó un momento en que había en Texas más habitantes de
origen anglosajón y esclavos que autóctonos mexicanos, y basados en esta fuerza
demográfica, los anglos decidieron pedir
la independencia. No querían la independencia. Querían ser anexionados por EEUU,
y de hecho, detrás de todos ellos estaba el Gobierno de EEUU, al que le
interesaba seguir expandiéndose hacia el Pacífico.
Hartos de tantos ilegales y de la violación a la dignidad humana, el
Gobierno mexicano decidió prohibir la inmigración norteamericana en 1830. Como los
anglosajones ya eran mayoría, se rebelaron en 1832 y desafiaron al Gobierno
mexicano exigiendo su independencia. Para apaciguarles, el Gobierno envió a
Texas al general Santa Anna. Fue entonces cuando este general derrotó a los estadounidenses
en El Álamo, en 1835 (en San Antonio Béjar), de lo cual surgió otra película de
John Wayne, que comete el error histórico de decir que era territorio
estadounidense. No señor. Era mexicano. Y según las leyes, estaba llenándose de
inmigrantes ilegales, delincuentes y encima se practicaba la esclavitud.
Los estadounidenses se tomaron mal esta derrota. Declararon
abiertamente su deseo de ser independientes (estaba de moda), y en 1836 surgió un
general llamado Samuel Houston que, financiado y armado por el Gobierno de
Estados Unidos, derrotó a las tropas de Santa Anna y le hizo firmar la
independencia de Texas.
Los mexicanos rompieron relaciones diplomáticas con EEUU. Diez años después,
como no ninguno de los dos países estaba de acuerdo en si la frontera era el Río
Grande o el Río Nueces, se enzarzaron en una guerra. Los estadounidenses invadieron
México, llegaron hasta la capital y obligaron a los mexicanos a cederles más tierras:
Colorado, Nuevo México, Kansas, Oklahoma, Wyoming... México perdió la mitad de su
territorio.
¿Y Arizona? También. Pero entonces no era un Estado sino que formaba
parte de Nuevo México. Parece que es un nombre vasco aritz ona (buen roble).
[…] la gobernadora de este Estado promulgó una ley por la cual la policía
puede detener a cualquier persona sospechosa de ser inmigrante ilegal. Como no
especifica la manera de identificar a un inmigrante, seguramente lo harán por
la piel, la estatura y el idioma. Es verdad que la mayor parte de los
inmigrantes ilegales son de origen mexicano. Pero lo que nadie recuerda es que
hace 170 años esos mexicanos eran los autóctonos, los legales y los que
permitieron con su buena fe, que miles de empresarios estadounidenses se
asentaran en unas tierras que no les pertenecían. Luego, esos estadounidenses comenzaron
a traer inmigrantes ilegales y esclavos. Eran los abuelos de los norteamericanos
de hoy.
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia
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