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miércoles, marzo 12

El paradójico origen de la palabra empresario



(Texto de Carlos Salas en el suplemento económico de El Mundo del 2 de mayo de 2010)

Los indios comanches formaban una de las tribus más salvajes de Norteamérica. Tiene su explicación. A medida que los anglosajones se expandían hacia el Oeste y les quitaban sus tierras, los ataques de estas tribus a los colonos se hicieron más sanguinarios.

Los comanches formaban parte de la tribu de los shoshones hasta que, a principios del siglo XVIII, descubrieron el caballo (importado por los blancos), y decidieron formar su propia tribu de indios a caballo. En la novela original Bailando con Lobos los indios eran comanches, pero la película los transformó en Sioux porque el director encontró más nativos que hablasen el dialecto Lakota.

En el siglo XVIII, los comanches migraron de Wyoming a Texas y se hicieron amigos de los españoles. Luego, azuzados por la expansión anglosajona, los comanches comenzaron a atacar poblados de la corona española. Por entonces, el virreinato de Nueva España abarcaba desde Wyoming hasta Panamá, parte de Asia y Oceanía. Texas estaba incluido.

Texas era una tierra cálida, con temperaturas suaves todo el año (excepto en el norte), bordeada por grandes ríos, llena de prados y bosques, aunque una pequeña parte contenía desiertos. Casi todos los pueblos, montañas o ríos tenían nombres españoles: San Antonio, El Paso, Guadalupe, Balcones, Río Grande... En realidad eran misiones, que era como antiguamente se llamaban las embajadas españolas. Los españoles enviaban misioneros para convertir a los indios, o ser muertos por ellos.

Para contener los ataques indios, la corona española decidió en 1820 animar a los agricultores de cualquier parte de América o de Europa a asentarse en esas tierras lejanas. Los llamaron empresarios. Uno de los primeros fue Moisés Austin. Era de origen anglosajón. Firmó un contrato empresarial y cuando iba a comenzar su aventura, resulta que Nueva España se independizó, dando lugar a México. Eso sucedió en 1821 y los españoles perdieron todas aquellas tierras.

Pero a los indios comanches les daba igual, porque ellos seguían atacando Texas, Arizona y México. Como eran tierras sin vigilancia, lejanas y poco habitadas, el Gobierno mexicano decidió continuar la política española de crear empresarios, concediendo más permisos para atraer inmigrantes que labrasen y se asentasen en esa tierra.

La primera gran oleada de empresarios la comandó el hijo de Moisés Austin, llamado Samuel. Trajo más inmigrantes hasta formar un grupo que se llamó el de Las Viejas 300 familias. Y tras ellos, fueron llegando más empresarios. La mayoría, anglosajones del vecino Estados Unidos.

Pero llegó un momento en que empezaron a entrar empresarios sin permiso. Ilegales. El Gobierno mexicano intentó filtrar esas entradas exigiendo que fueran católicos y que por lo menos hablasen español. Algunos inmigrantes eran incluso delincuentes, lo que estaba prohibido por la Constitución mexicana. Pero eso no era lo peor: los empresarios estadounidenses comenzaron a introducir esclavos negros, lo que desde la independencia de México, estaba prohibido. En realidad, la corona española ya lo habla vetado siglos atrás.

Los agricultores estadounidenses no hicieron caso y siguieron trayendo esclavos a Texas. Llegó un momento en que había en Texas más habitantes de origen anglosajón y esclavos que autóctonos mexicanos, y basados en esta fuerza demográfica, los anglos decidieron pedir la independencia. No querían la independencia. Querían ser anexionados por EEUU, y de hecho, detrás de todos ellos estaba el Gobierno de EEUU, al que le interesaba seguir expandiéndose hacia el Pacífico.

Hartos de tantos ilegales y de la violación a la dignidad humana, el Gobierno mexicano decidió prohibir la inmigración norteamericana en 1830. Como los anglosajones ya eran mayoría, se rebelaron en 1832 y desafiaron al Gobierno mexicano exigiendo su independencia. Para apaciguarles, el Gobierno envió a Texas al general Santa Anna. Fue entonces cuando este general derrotó a los estadounidenses en El Álamo, en 1835 (en San Antonio Béjar), de lo cual surgió otra película de John Wayne, que comete el error histórico de decir que era territorio estadounidense. No señor. Era mexicano. Y según las leyes, estaba llenándose de inmigrantes ilegales, delincuentes y encima se practicaba la esclavitud.

Los estadounidenses se tomaron mal esta derrota. Declararon abiertamente su deseo de ser independientes (estaba de moda), y en 1836 surgió un general llamado Samuel Houston que, financiado y armado por el Gobierno de Estados Unidos, derrotó a las tropas de Santa Anna y le hizo firmar la independencia de Texas.

Los mexicanos rompieron relaciones diplomáticas con EEUU. Diez años después, como no ninguno de los dos países estaba de acuerdo en si la frontera era el Río Grande o el Río Nueces, se enzarzaron en una guerra. Los estadounidenses invadieron México, llegaron hasta la capital y obligaron a los mexicanos a cederles más tierras: Colorado, Nuevo México, Kansas, Oklahoma, Wyoming... México perdió la mitad de su territorio.

¿Y Arizona? También. Pero entonces no era un Estado sino que formaba parte de Nuevo México. Parece que es un nombre vasco aritz ona (buen roble).

[…] la gobernadora de este Estado promulgó una ley por la cual la policía puede detener a cualquier persona sospechosa de ser inmigrante ilegal. Como no especifica la manera de identificar a un inmigrante, seguramente lo harán por la piel, la estatura y el idioma. Es verdad que la mayor parte de los inmigrantes ilegales son de origen mexicano. Pero lo que nadie recuerda es que hace 170 años esos mexicanos eran los autóctonos, los legales y los que permitieron con su buena fe, que miles de empresarios estadounidenses se asentaran en unas tierras que no les pertenecían. Luego, esos estadounidenses comenzaron a traer inmigrantes ilegales y esclavos. Eran los abuelos de los norteamericanos de hoy.

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