No te olvides de guardar la caja
(Leído en la columna de Paulo Coelho en el XLSemanal del 6
de marzo de 2011)
El viejo había trabajado durante toda su vida. Al jubilarse,
compró una finca -para que su hijo la administrase- y se propuso pasar el resto
de sus días en el porche de la casa principal. El hijo trabajó durante tres
años. A partir de entonces empezó a enfurecerse.
-Mi padre no hace nada -les comentaba a sus amigos-. Se pasa
la vida mirando el jardín y deja que yo trabaje como un esclavo, para que pueda
alimentarlo. Un día se propuso acabar con esta injusta situación: construyó una
gran caja de madera, se acercó al porche y dijo:
-Papá, por favor, entra ahí. El padre obedeció. El hijo puso
la caja en su camión y se aproximó al borde de un precipicio. Cuando estaba a
punto de dejarla caer, escuchó la voz de su padre:
-Hijo mío, puedes tirarme por el despeñadero, pero guarda la
caja. Con el ejemplo que les estás dando, tus hijos, sin ninguna duda, también
querrán usarla contigo.
Etiquetas: Cuentos y leyendas
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