Mascarillas, manual de uso y disfrute
(Un texto de Cristina Uranga en la revista Mujer de Hoy del 1 de noviembre de 2014)
Requieren 10 minutos de tu tiempo, pero, a cambio, te lo dan todo. Déjate mimar por la que mejor te va.
Elige con cabeza
Hay tantas mascarillas en el mercado como tipos de piel, problemas y necesidades. No te lances a comprar sin saber qué necesita tu rostro:
-¿Un plan detoxificante? Busca una con arcilla, ingrediente purificante por excelencia.
-¿Una limpieza profunda? Pídele que tenga algún activo termorregulador para eliminar todo lo que les sobra a los poros.
-¿Una cura de nutrición? Entonces, preocúpate de que contenga una combinación de aceites nutritivos que penetren bien.
-¿Antiedad exprés? Lo que probablemente necesitas es una inyección de retinol.
-¿Manchas que empiezan a hacerse patentes? Atrévete con ingredientes aclarantes como el ácido láctico.
-¿Efecto lifting? La palabra mágica es péptidos; es lo que tienes que buscar en la lista de ingredientes, porque se encargan de estimular la formación de colágeno y elastina.
Manual de instrucciones
Lo bueno es que cualquiera que sea la fórmula que requiera tu rostro, esos 10 minutos de aplicación intensiva le van a servir para reparar los daños de siete días. Pero si quieres sacarle el máximo partido a esos minutos de relax beauty, sigue estos consejos al pie de la letra:
1. Exfolia primero. Sobre una piel limpia y libre de células muertas, los activos penetran más profundamente.
2. Aplica sin remilgos. Date una buena capa uniforme de producto, evitando el contorno de ojos; para esa zona hay mascarillas específicas.
3. Con tisú, mucho mejor. Las máscaras de tejido impregnado sellan la superficie de la piel y permiten que los ingredientes penetren mejor. Lo bueno es que puedes hacerlo de forma casera colocando una gasa por encima del producto cuando te lo apliques.
4. De dos en dos. Después de una mascarilla purificante debería ir siempre otra hidratante. Porque los procesos astringentes, que eliminan el exceso de sebo de los poros, acaban absorbiendo más lípidos de los que en principio querías deshacerte.
5. No te olvides del final feliz. ¿Qué hacer con el exceso de producto una vez que ha pasado el tiempo recomendado de aplicación? Puedes eliminarlo con agua templada, sin más. O puedes hacernos caso y aprovechar el producto restante con un masaje en profundidad que remueva bien toda la musculatura facial, estimule el tejido y ayude a que se absorban mejor todos los activos que contiene.
Etiquetas: Cosmética y belleza
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