Hidratación
(Un texto de S. Vivas en la revista Mujer de Hoy del 16 de
agosto de 2014)
1. Solo el agua sirve
para hidratar: falso
En realidad, a efectos de hidratación, el zumo de naranja
del desayuno, el café de la sobremesa, el poleo de después de cenar y la fruta
y la verdura que ingieras al cabo del día también cuentan para llegar a esos
2-2,5 litros que necesitamos. De hecho, se recomienda que un 75-80% del líquido
que aportamos al organismo provenga de bebidas y un 20-25% de los alimentos. ¿Y
todas las bebidas hidratan igual? Pues no. El agua es, obviamente, la bebida
que más contenido hídrico posee, el 100%.Del resto, las bebidas refrescantes
sin azúcar contienen un 99%, seguidas por las infusiones (98%), el veraniego
gazpacho (95%), las bebidas isotónicas (94%), la leche desnatada (91%) y los
zumos de fruta (88%). Todas las bebidas con un contenido hídrico superior al
80%, hidratan, siempre y cuando no contengan alcohol.
2. La sed nos vuelve
lentos: verdadero
Tener sed es un síntoma de deshidratación. Basta una
deshidratación leve, en la que perdamos del 1-2% del agua del organismo, para
que el cerebro funcione un 14% más lento. Por encima de ese 2%, la
deshidratación ya se considera moderada. ¿Sus efectos en nuestro organismo más
fáciles de reconocer? Disminuye la memoria a corto plazo, repercute en el
rendimiento físico, afecta a nuestra capacidad motora y psicomotriz, y puede
causar dolor de cabeza.
3. Se puede beber
mucho de una vez: falso
“Los dos litros de líquido que necesitamos al día no se
deben beber de una vez, sino que hay repartirlos a lo largo de la jornada.
Beber un poco cada dos horas sería lo ideal. Cuando tomamos gran cantidad de
líquido de golpe se elimina en la orina rápidamente. Si bebemos de forma
paulatina es más difícil que tengamos déficit de hidratación”, explica el
profesor Lluis Serra-Majem, miembro del Comité Científico Asesor del European
Hydration Institute y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Univ. de Las Palmas de Gran Canaria. Y otro apunte: el consejo de beber poco a
poco es especialmente interesante si estás haciendo ejercicio, porque el cuerpo
no absorbe más de 800 ml en un ambiente templado.
4. No hace falta si
no sientes sed: falso
La sed ya es un síntoma de deshidratación. Además, con los
años nuestro umbral de sed aumenta y se tarda más en sentirla, con el
consiguiente peligro de deshidratación. De hecho, las personas mayores corren
más peligro, porque con la edad el riñón pierde capacidad para retener agua y
sal. Si además esa persona toma diuréticos (si sufre hipertensión), esta
incapacidad se agudiza.
5. El vino
deshidrata: verdadero
“El alcohol no favorece la hidratación porque es diurético”,
explica el profesor. ¿Significa esto que tienes que renunciar al tinto de
verano? Si te moderas, no tienes por qué. Recuerda que es conveniente beber un
vaso de agua por cada copa devino y no superar la cantidad diaria recomendada:
dos vasos de vino de 10 cl.
6. Si hace calor,
mejor frío: falso
“Aunque lo que apetece es refrescarnos, el cuerpo calienta
la bebida fría, para lo que genera calor. Lo ideal es que la temperatura sea lo
más parecida a la del cuerpo”, afirma el experto.
7. Puedo tomar
refrescos light, si estoy a dieta: verdadero
Aunque el agua es la bebida más sana, hay veces en que
apetece un refresco. Ahora, un estudio indica que los refrescos light no solo
no favorecen la obesidad, sino que pueden ayudar a controlarla. Publicado en la
revista Obesity, el estudio observó que los voluntarios que tomaron refrescos
light perdieron más peso que los que bebieron agua. Financiado por la American
Beverage Association, pero realizado de forma independiente por expertos de las
Univ. de Colorado y Temple, los 300 voluntarios, todos con exceso de peso,
fueron divididos en dos grupos: uno debía tomar 700 ml de agua al día y el
otro, 700 ml de un refresco light. Tres meses después, el grupo de los
refrescos perdió seis kilos de media, frente a menos de cinco kilos en el grupo
del agua.
8. Durante el
ejercicio, bebidas isotónicas: depende
Si dura más de una hora, es mejor recurrir a ellas. Cuatro
horas antes del ejercicio, hay que beber 5-7 ml/kg; si no se puede orinar o la
orina es oscura, deberían añadirse 3-5 ml/kg más en las últimas dos horas.
Durante la actividad, beber cada 15-20 minutos, de 150-250 ml de bebida
isotónica, con un 6-8% de mezcla de azúcares. Y después, ingerir, al menos, el
150% de la pérdida de peso en las primeras seis horas. Las pérdidas hídricas
tras un ejercicio intenso pueden llegar a los 2-4 l/h.
9. El té
desmineraliza: verdadero
Si tienes anemia y tomas té tras ingerir hierro estás
reduciendo la cantidad que tu cuerpo absorbe en más del 70%. El té rojo tiene
mayor efecto inhibidor, hasta un 95%. Y no es el único: el café reduce la
absorción de hierro un 40% y el cacao, más del 70%.
10. El agua con gas ayuda
a la digestión
“El gas forma cámara en el estómago que reduce la
posibilidad de reflujo y mejora el vaciado gástrico”, explica el experto.
¿Qué hacemos con
tanto líquido? El agua supone entre el 50 y 60% del peso corporal total del
ser humano, y aproximadamente entre un 5% y un 10% es eliminada cada día a
través de pérdidas obligatorias (respiración,sudoración, diuresis y heces).Se
trata de un nutriente esencial para la vida y para el buen funcionamiento de
numerosas funciones de nuestro organismo:
-Actúa como disolvente para las reacciones químicas.
-Es el medio para el transporte de materiales.
-Tiene la característica física única de absorber calor
metabólico.
-Resulta esencial para mantener el volumen vascular.
-Sirve para aportar nutrientes a los tejidos.
-Se utiliza para eliminar sustancias de desecho del
organismo.
Etiquetas: Pensando en la salud
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