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sábado, mayo 13

Aceites faciales: oro líquido

(Un texto de C. Uranga en la revista Mujer de Hoy del 12 de diciembre de 2015)

Es el tratamiento prodigioso. Con unas pocas gotas, esa fórmula multiusos hidrata, ilumina y rejuvenece la piel, además de aportar buenas dosis de relax.
 
Hay una buena razón para que te los encuentres en todas partes: los aceites reúnen la mayor cantidad de activos naturales por gota. Y cada una de ellas consigue un efecto inmediato en tu piel con una mínima cantidad. Así que son altamente efectivos y duran una eternidad. ¿Qué más puedes pedirles? Que sean fácil de aplicar, tengan una textura maravillosa y den resultados. Pues sí, los aceites también te ofrecen todo eso.

Incorpóralos a tu rutina

En cuanto los pruebes, te fascinarán, pero tienen truco a la hora de aplicarlos. Seguro que ya te has enfrentado en plan novata al momento bote transparente con producto dorado de aspecto ultralujoso que, una vez abierto, te aplicas como si fuera una loción. Y entonces empiezan los problemas. Porque, como te has dado demasiado, la sensación aceitosa parece que no va a desaparecer jamás de tu cara. Te mostramos cómo subsanar este error. Estos son los pasos imprescindibles:
  • La cantidad justa Hay que tener cuidado con la medida y nunca superar las tres o cuatro gotas para el rostro. Una forma de no equivocarte es aplicar una gota en el dedo índice, otra en el corazón y la última en el anular, en lugar de hacerlo sobre la palma de la mano.
  • Caliéntalo para despertar los activos Frótalo con las manos. Ese gesto, unido a tu temperatura corporal, hará que sus activos se pongan en funcionamiento.
  • Sigue el ritual Los aceites suelen componerse de distintos extractos naturales, con beneficios concretos. Los aceites esenciales aportan un extra de aromaterapia que deberías aprovechar. Una vez que has frotado las tres gotas entre las manos, colócalas por encima de tu rostro, ahuecadas, para que la combinación de aromas se sitúe justo por encima de tu nariz. Inspira despacio tres veces para inhalar las propiedades de cada uno de los ingredientes. Los expertos recomiendan hacerlo con los ojos cerrados. Así, oxigenas los tejidos, aumentas el relax y la pituitaria prepara la piel para recibir todos los beneficios del aceite.
  • Entrena tus manos Ahora que el calor ha fundido el aceite y preparado para actuar a mayor profundidad en tu piel, aplícalo con un masaje para duplicar su efectividad.
Desliza las palmas por tu rostro siguiendo estos consejos:
  • Empieza desde la nariz hacia los pómulos, con un movimiento ascendente.
  • Junta los dedos de ambas manos en la barbilla y desliza cada una hacia un lado, subiendo por la línea del óvalo facial, y baja luego al cuello y el escote.
  • Con tres dedos de ambas manos en el centro de la frente, masajea ascendiendo y termina en las sienes.

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