50 formas de mover al padre más vago
(Un texto de Azucena S. Mancebo en un suplemento dominical de El Mundo de hace unos años)
Que el ejercicio es necesario para tener una vida sana es
una máxima tan conocida como poco secundada. La falta de tiempo, de dinero y de
ganas son las excusas a las que más recurren los hombres. Pero hay una forma,
en realidad 50, de hacer deporte casi sin esfuerzo. Jorge Rigall, entrenador personal, las
explica.
1. A por la tableta.
Aproveche mientras ve en la tele un capítulo de su serie
favorita para, casi sin notarlo, fortalecer sus abdominales. Siéntese en el
borde del asiento, lleve la espalda hacia atrás hasta apoyarse en el respaldo
(coloque un cojín detrás para que la espalda tenga apoyo) y estire las piernas
sobre una mesa o un puf. A partir de esta postura, cruce los brazos sobre el
pecho y flexione el tronco hacia adelante (para no doblar el cuello siga este truco:
mire al techo) hasta colocarlo a 90 grados respecto a las piernas. Repítalo 30
veces en tres series diferentes de 10 y además de consumir unas 30 calorías, fortalecerá
la zona abdominal (y su columna
vertebral se lo agradecerá).
2. Proteja su espalda.
Con la espalda totalmente pegada al respaldo y con la tripa
metida, coloque las piernas estiradas sobre una mesa que no sea más alta que el
asiento del sofá. Con las rodillas y la espalda estiradas, lleve el pecho hacia
las piernas y trate de tocar los dedos de los pies. Mantenga esta postura
durante 10 segundos inspirando y soltando el aire profundamente. Repita este
ejercicio tres veces y conseguirá darle flexibilidad a la zona posterior de los
muslos y aliviar así tensiones de la zona baja de la espalda.
3. El más fuerte de
la casa.
Apoye la palma de las manos en el borde del sofá y siéntese
sobre ellas. Con las piernas estiradas y apoyadas en el suelo, aleje el culo
del sofá hacia el frente un par de palmos (el cuerpo queda en el aire sostenido
por los brazos). Flexione los codos y baje el cuerpo, de manera que los glúteos
se acerquen al suelo. Vuelva a la posición inicial estirando los codos. Con
tres series de 10 repeticiones cada una, logrará fortalecer los brazos (principalmente
los tríceps) y, de forma secundaria, hombros y pecho. Y lo mejor, habrá
consumido entre 20 y 30 calorías sin apartar los ojos de la tele.
4. Un cuello robusto.
Siga sentado en el sofá, no se levante. Solo cruce las manos
por detrás de la nuca y empuje con ellas su cabeza hacia adelante (ejerza resistencia
al empuje).
Acerque el mentón al pecho en un movimiento lento. Recupere la posición inicial
levantando la cabeza (ahora son las manos las que hacen resistencia). Haga tres
series de seis repeticiones cada
una y fortalecerá su cuello y los músculos cervicales.
5. Orgulloso de sus
pectorales.
Sin levantarse del sillón, y con solo dos minutos de práctica,
puede generar una tensión muscular en sus pectorales y en sus deltoides
(hombros) que los fortalecerá. Con la espalda recta y los pies en el suelo,
cruce los brazos a la altura del hombro formando un ángulo de 90 grados con el
tronco. Coloque cada mano agarrando el brazo opuesto a la altura del bíceps. En
esta posición, haga fuerza como si los codos fueran a juntarse. Mantenga cinco
segundos y afloje.
6. Rival de Popeye.
No necesita comer espinacas, solo tener a mano dos garrafas
de cinco litros de agua u otro líquido. Colóquese sentado lo más al borde posible
del sofá, con la espalda recta, los hombros hacia atrás y el cuerpo levemente
inclinado hacia adelante. Coja una mancuerna
con cada mano y flexione los antebrazos de manera que las palmas se
acerquen a los hombros y vuelva a la posición original. Mantenga los codos
pegados al cuerpo. Así trabajará los bíceps y los antebrazos. Repita el
ejercicio 30 veces en tres series.
7. Fuera tensiones.
Con la espalda bien apoyada en el respaldo, estire los dos
brazos por encima de la cabeza. Agarre la muñeca derecha con la mano izquierda.
Flexione el codo derecho llevando las manos detrás de la nuca y, sin soltar la
muñeca, intente tocar la espalda lo más abajo posible. Mantenga esta
postura durante 10 segundos y repítalo tres veces con cada brazo. Además de
aliviar tensiones acumuladas en los hombros, logrará dar flexibilidad a los
músculos de la zona así como al tríceps.
8. Endurezca sus
muslos.
Además de tonificar sus muslos, la zona baja del abdomen y
los músculos de la zona lumbar, con este sencillo ejercicio quemará unas 20
calorías en pocos minutos. Con la espalda bien apoyada en el respaldo del sofá y
siempre recta, estire las piernas al frente (sí, quedan suspendidas en el
aire). Con las palmas de las manos sobre los muslos, abra y cierre las piernas
30 veces en tres series de 10 cada una.
9. Descubra sus
gemelos en la playa.
Con solo una hora de paseo a un buen ritmo por la orilla
consumirá por encima de las 300 calorías. Si quiere aumentar la intensidad,
hágalo lejos de la orilla, donde la arena no está húmeda. Trabajan más aún los músculos
de las piernas, particularmente los gemelos.
10. Entrene mientras
encera su coche.
Los músculos de los hombros, los brazos, el pecho y la
espalda se tonifican mientras usted saca brillo a su vehículo. Si es muy
meticuloso y tarda unos 30 minutos en hacerlo, gastará entre 150 y 200
calorías.
11. Comprar y
ejercitar.
Vaya al súper a pie y no solo consumirá calorías con el
paseo, también fortalecerá sus hombros y espalda al cargar con la compra No se
exceda: con cinco kilos en cada brazo basta. En 15 minutos consumirá unas 100
calorías.
12. Su jardín al día.
Cortar el césped, abonar las plantas, quitar los hierbajos,
podar, trasplantar... A priori, las actividades necesarias para mantener su
jardín en buenas condiciones pueden dar un poco de pereza. Pero quizá cambie de
opinión si sabe que al realizarlas, además de contribuir a su hogar, también
mejoran su estado físico. Si dedica una hora a este hobby puede quemar
entre 250 y 300 calorías por hora.
13. Piernas
esculturales en el museo.
¿Sabía que al visitar un museo su cerebro no es el único
músculo que se pone en forma? Los de sus piernas también se tonifican. Y mucho:
a pesar del ritmo lento que se suele llevar en estos lugares y de las paradas que
se hacen para contemplar sus objetos, una hora recorriendo una pinacoteca
supone un consumo de unas 150 calorías.
14. Al trabajo,
caminando.
Con la música de su artista favorito en rito en los
auriculares, le será más amena esta actividad. Para generar un esfuerzo extra,
incorpore al paseo tobilleras de sobrecarga variable que tonifican los músculos
de las piernas y los glúteos. Si tarda en recorrer media hora la distancia
hasta su trabajo, consumirá más de 250 calorías.
15. El gimnasio en la
cama elástica.
Lo que en principio podría parecer un juego de niños, supone
una de las actividades más beneficiosas y completas para los adultos. Con solo 20
minutos saltando sobre una cama elástica, puede perder cerca de 300 calorías.
No solo eso: muchos músculos, principalmente los de las piernas, se ponen en forma
y se potencia la flexibilidad y el sentido del equilibrio.
16. El masaje que le
hará fuerte.
Sea generoso y dele un masaje a esa persona que tanto lo
necesita. No solo ella se lo agradecerá, los músculos de sus brazos también
(sobre todo sus antebrazos): puede llegar a hacer quemar 100 calorías en unos 20
minutos.
17. Más leña, más
fuerza.
Cortar leña es uno de los ejercicios más completos y
vigorizantes entre los posibles quehaceres domésticos. Coger con fuerza el
hacha y partir madera implica poner en funcionamiento músculos tanto de los
brazos, como de la espalda, los hombros, el pecho, los abdominales y las
piernas. Con solo 15 minutos puede llegar a quemar hasta 200 calorías.
18. Sude con la
consola.
Algunos videojuegos requieren que todos sus músculos, y no
solo su cerebro y los de las manos para manejar los mandos, se pongan en
marcha. Así, muchos de ellos nos proponen participar en un partido de tenis, en
uno de béisbol, boxear, bailar... Además de lograr que se divierta, estos juegos
pueden hacerle quemar cerca de 300 calorías en solo media hora (y si hacemos
caso a los estudios que aseguran que pasamos hasta cuatro horas con la consola,
el gasto sería mayor). Así, mientras pasa un buen rato, se pone en forma.
19. Estire al
volante.
Hay un ejercicio que, además de hacerle la espera más corta
en los semáforos, le ayuda a estirar los músculos de la zona cervical y dorsal.
Con la espalda bien apoyada en el respaldo del sillón, agarre el volante con
los brazos estirados y las manos cruzadas a la vez que lleva el mentón hacia el
pecho.
20. Luche contra el
agua.
Tanto en el mar como en la piscina, a la altura de la
cintura, el agua supone una resistencia que genera que las piernas trabajen de
un modo distinto a como lo hacen en el exterior. Esta actividad incide de
manera más notable sobre los músculos de la zona anterior de las piernas
(flexores de cadera y cuádriceps).
21. Un pinchazo, un
ejercicio.
No llame la grúa Si tiene que cambiar una rueda, hágalo
usted mismo. Esta actividad supone una nada despreciable actividad física que
estimula vigorosamente músculos de los brazos (bíceps, tríceps, antebrazos...),
hombros, espalda y pectorales.
22. Remar en el
parque, más que un juego.
Remar es uno de los mejores y más completos ejercicios para
mejorar nuestro estado físico. Hasta 500 calorías se consumen remando durante
una hora. Además, se fortalecen y ganan resistencia los músculos de la espalda,
brazos y piernas.
23. Mueva su cuerpo
en la discoteca.
Sean los últimos éxitos del verano o los clásicos que no
pueden faltar en una noche de fiesta, bailar es un ejercicio en el que
participan prácticamente todos los músculos del cuerpo y, principalmente, los
de las piernas. Es divertido, fácil y eficaz: puede gastar cerca de 300 calorías
en solo una hora al ritmo de la música.
24. Pasee al perro.
Aproveche las caminatas con su mascota para ponerse en
forma. En lugar de hacerlo a un ritmo lento, alterne un minuto al trote con dos
caminando. Media hora de esta actividad genera un consumo de entre 200 y 300 calorías.
25. El sexo, mejor de
pie.
En esta placentera actividad entran en juego un gran número de
músculos de todo el cuerpo (glúteos, abdominales, la zona lumbar, tríceps...).
Pero, si quiere aumentar la intensidad del ejercicio, no use la cama. Hará más
esfuerzo y demandará más energía si lo hace de pie sosteniendo el peso de su
pareja. Con esta postura gastará, aproximadamente, entre 100 y 150 calorías.
26. Jugar con los
niños estiliza.
Por ejemplo, al fútbol, o al baloncesto, o al escondite... Cualquiera
de estos juegos podría suponer un consumo de entre 250 y 350 calorías si la
actividad dura una hora.
27. Sin tensiones
mientras conduce.
Aproveche los tiempos de espera en los atascos para aliviar
las tensiones de los músculos del cuello: mueva despacio la cabeza formando un
círculo lo más amplio posible en el sentido de las agujas del reloj.
28. Unas buenas
piernas en el agua.
Cuando el agua de la piscina o la playa le llegue a la
altura de los hombros, aproveche para hacer este ejercicio con el que tonificará
sus muslos y glúteos a la vez sin el impacto para las articulaciones que
sufrirían si lo hiciera fuera del agua. Solo tiene que levantar las rodillas de
forma alternativa lo más cerca del pecho. Hágalo 45 veces con cada pierna en
tres series de 15 cada una.
29. Quemar calorías
al piano.
Poniendo en práctica su talento artístico también logrará quemar
algunas calorías. Deleite a sus allegados con media hora de melodías al piano y,
sin casi esfuerzo, habrá perdido alrededor de 100 calorías.
30. Mejor sin tripa.
Tenga la buena costumbre de mantener el abdomen metido
(contraído) en todo momento. Conseguirá mejorar su postura corporal, y su
columna vertebral se verá favorecida.
31. Menos calorías en
el coche.
No lamente los largos trayectos hacia su destino. Sin que
usted se percate, durante la conducción también se queman calorías (unas 100 cada
hora), y no solo por un desgaste físico, sino que también se debe a la
intervención del sistema nervioso.
32. Hombros arriba.
Sin moverse de su escritorio, puede realizar un sencillo
gesto que aliviará las tensiones que se acumulan en escápulas(parte superior de
la espalda), cuello y hombros. En su silla, con la espalda recta y los pies en
el suelo, eleve los hombros y describa con ellos un círculo primero hacia atrás
(10 repeticiones) y después hacia adelante (otras 10). Es muy importante mantener
la cabeza alta con el cuello recto. Se recomienda repetir este ejercicio cada
hora y media o dos horas.
33. ¿Dedos
agarrotados?
Tras muchas horas de trabajo con el teclado y el ratón, los dedos
se agarrotan. Para ayuda a liberar la tensión del antebrazo y estirar los
tendones de la mano existe un ejercicio: sentado, con la espalda recta y los
hombros hacia atrás, estire los dos brazos hacia el frente con los codos bien
extendidos. Coloque la palma de la mano derecha hacia el frente con los dedos
hacia el techo, y con la otra mano empuje los dedos de la derecha hacia usted flexionando
la muñeca. Mantenga 12 segundos y repita el ejercicio con los dedos mirando
hacia el suelo. Mantenga otros 12 segundos. Repítalo tres veces con cada mano.
34. Por una buena
postura.
Si realiza el siguiente ejercicio tres veces cada hora y
media, logrará estirar la zona cervical y escapular tan perjudicadas por las
malas posturas frente al ordenador. Con la espalda recta, estire los brazos
hacia adelante y entrecruce los dedos con las palmas de las manos hacia el
exterior. Incline la cabeza hacia adelante tratando de que el mentón toque el
pecho. Mantenga esta posición seis segundos y vuelva a la postura inicial.
35. Alivie la tensión
de los hombros.
Estire los brazos a los lados formando una cruz y flexione
los codos llevando las manos sobre los hombros. En esta posición, describa
pequeños círculos con los codos en el aire, primero hacia atrás (10 veces) y
después cambie la dirección hacia adelante (otras 10 repeticiones). Al igual
que en el ejercicio anterior, este sencillo trabajo le da movilidad a la zona
superior de la espalda aliviando la tensión acumulada.
36. Estire las
piernas.
Sentado cerca del borde de la silla de su puesto de trabajo,
cruce la pierna derecha sobre el muslo izquierdo a la altura de la rodilla (la
pierna derecha debe formar un ángulo de 90 grados). Con la espalda recta, la
tripa metida y los hombros hacia atrás, incline el tronco hacia adelante
intentando tocar la pierna derecha con el pecho. Los glúteos, la zona baja de
la espalda, los abductores y los isquiotibiales (ambos músculos pertenecen a
las piernas) se verán beneficiados con esta postura que deberá mantener 12 segundos
y repetir tres veces con cada pierna.
37. Un buen cuello.
Sentado al borde de la silla y con los pies en el suelo,
estire los dos brazos por encima de la cabeza. Flexionando el codo, lleve la
mano derecha a la oreja izquierda y, manteniendo la espalda recta y sin
levantar los hombros, incline la cabeza hacia el hombro derecho empujada por la
mano. Mantenga esta posición durante seis segundos y cambie de brazo. Este
ejercicio contribuye a la flexibilidad del cuello y de los trapecios que suelen
tensarse durante las jornadas de oficina.
38. No olvide sus
piernas.
Este sencillo ejercicio que puede hacer mientras trabaja,
aporta movilidad a las piernas y mejora su circulación. Sentado en el borde de
la silla y con el pie izquierdo sobre el suelo, eleve unos 10 centímetros el
pie derecho y describa círculos con la punta del pie en el sentido de las
agujas del reloj. Repita 10 veces y cambie el sentido del giro (otras 10 repeticiones).
Alterne con la otra pierna.
39. Mejore sus
articulaciones.
Para realizar este ejercicio no es necesario que se levante de
su sitio. Sentado en el borde de la silla con el tronco levemente inclinado
hacia adelante, estire los brazos a ambos lados del cuerpo. Gire las palmas de
las manos (que inicialmente se encuentran hacia arriba) hacia atrás, rotando los
brazos sobre sí mismos y tratando de que las palmas giren 360 grados. Vuelva a
la posición inicial y repita este gesto 20 veces en dos series de 10. La
articulación de los hombros y las escápulas ganarán movilidad con este
ejercicio.
40. Piernas
flexibles.
Aproveche la comodidad de la cama para hacer algunos
ejercicios, como este para dar flexibilidad a la zona baja de la espalda,
glúteos y abductores de las piernas. Tumbado boca arriba, flexione una rodilla y
crúcela por encima de la otra intentando llevarla al colchón, siempre con los
hombros apoyados. Mantenga la postura 12 segundos y vuelva a la posición inicial.
Alterne ambas piernas y repita el ejercicio tres veces con cada una.
41. Estire el muslo.
Tumbado sobre el lado izquierdo, deje la pierna izquierda
extendida y flexione la rodilla derecha Con la mano derecha, coja la punta del pie
derecho para acercar el talón al glúteo estirando así el cuádriceps (parte
anterior de la pierna). Mantenga unos 12 segundos y repita tres veces con cada
pierna.
42. Sin contracturas.
Túmbese boca arriba en la cama, cruce las manos por detrás
de la nuca y empuje la cabeza hasta que el mentón toque el pecho. Mantenga 12 segundos
la posición y vuelva a la inicial. Con esta postura estirará la zona cervical y
aliviará las contracturas y la tensión.
43. Suelo limpio,
brazos fuertes.
Este cotidiano quehacer contribuye a tonificar los brazos (al
barrer o fregar se trabajan músculos como el bíceps, los antebrazos, el
deltoides y los abdominales). Unos 20 minutos de esta actividad consumen entre
100 y 150 calorías.
44. La aspiradora que
tonifica.
Mientras aspira, los antebrazos, el tríceps, el deltoides, el
trapecio y el grupo de los músculos paravertebrales se tonifican. Además, en 20
minutos quema unas 100 calorías.
45. Brillo en
baldosines y brazos.
El célebre “dar cera, pulir cera” de la película Karate Kid con el que abrillantar los azulejos,
contribuye a tonificar varios músculos de hombros, pecho y brazos. Solo 30 minutos
de este trabajo consumen unas 100 calorías. Ideal, alternar ambos brazos.
46. Pintar y
fortalecer.
No llame a un profesional, el movimiento de subir y bajar el
brazo mientras desliza el rodillo por las paredes puede ayudarle a consumir unas
200 calorías (en una hora). Trabajan los músculos de la espalda, de los hombros
y, en menor grado, los de los brazos.
47. Mejore sus
gemelos al fregar.
Puede trabajar sus gemelos mientras limpia su vajilla. Hágalo
subido a una altura equivalente a la de dos guías telefónicas. Apoye únicamente
la punta del pie de modo que el talón quede en el arre. Solo tiene que ponerse de
puntillas elevando todo lo posible el cuerpo y aguantar dos segundos. Al bajar,
trate de llevar el talón hacia el suelo por debajo del punto del apoyo (sin
perder el equilibrio). Repítalo 30 veces repartidas en tres series de 10.
48. Planchar
calorías.
Es una de las labores más odiadas del hogar. Sin embargo,
sus antebrazos y sus deltoides (hombros) agradecerán que lo haga. Media hora
quitando arrugas a su ropa puede hacerle perder entre 50 y 100 calorías.
49. Por sus piernas,
suba de espaldas.
No sea perezoso y suba a su casa por la escalera, pero
hágalo de espaldas. Además de ser ideal para trabajar todos los músculos de sus
piernas, sus rodillas sufrirán menos que subiendo de frente (si lo necesita,
use la barandilla para no perder el equilibrio). Cada piso que suba le aportará
un gasto calórico de alrededor de 20 calorías.
50. Estire en la
bañera.
Tumbado y con una de las piernas estirada, flexione la otra
rodilla abrazándola con las dos manos y acercándola al pecho. Mantenga esta
postura durante 12 segundos para estirar la zona posterior del muslo, glúteos y
la zona baja de la espalda.
Etiquetas: Pensando en la salud
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