Compromiso de Caspe, un pacto entre caballeros
(Leído en una revista del concesionario de 2009)
Una vez fallecido el monarca aragonés Martín I "El Humano",
sin descendencia legítima, la impresión generalizada era que una gran crisis iba
a producirse en la Corona. Saldrían a la luz pretendientes reclamando el trono
por derechos familiares. Los derechos de unos y las ambiciones de otros producirían
enfrentamientos sangrientos debilitando a la sociedad y a las instituciones.
Pero, cosa insólita para aquellos tiempos, la solución no se adoptó por la vía de
las armas, sino por la del acuerdo, por lo que se ha dicho que la Corona ofreció
a la historia una autentica "lección de responsabilidad".
En el mes de julio de 1409 fallecía el único hijo del rey, Martín el
Joven. El rey contrajo nuevo matrimonio con la esperanza de concebir un hijo
que asegurase la línea sucesoria. El fracaso que supuso la no concepción de un
nuevo heredero hace que el rey, en su lecho de muerte, expresase su voluntad de
dejar el trono "a aquel que en justicia deba". Esto provoco una
peligrosa situación, ya que, al surgir una serie de pretendientes, se podría
desembocar en una guerra civil. Fallecido el monarca, se abrió un periodo de interregno
que tuvo una serie de enfrentamientos armados. La tensa situación llevo a la convocatoria
de Cortes en Calatayud en donde se dispuso proceder a la elección pactada de un
pretendiente. Así se disponía que se reuniesen las Cortes en sus respectivos territorios
y estas eligiesen delegados que negociasen el conflicto.
En septiembre de 1411 se reúnen los aragoneses en Alcañiz y los catalanes
en Tortosa. Los enfrentamientos armados en el reino de Valencia impidieron que
se reuniesen sus representantes. De la reunión salió la llamada "Concordia
de Alcañiz" que proponía nombrar nueve compromisarios (tres por cada
territorio de la corona) con la finalidad de elegir el sucesor por mayoría
siempre que tuviese al menos un voto por Estado. Se escogió como sede de las
deliberaciones la villa de Caspe. Valencia aceptó esta concordia y
consecuentemente se reunieron en Caspe los nueve compromisarios. Por Aragón
acudieron: Domingo Ram, obispo de Huesca; Francisco de Aranda, consejero real,
y Berenguer de Bardají, jurista; por Cataluña estuvieron Pedro de Sagarriga,
arzobispo de Tarragona; Guillem de Vallseca, letrado, y Bernardo de Gualbes,
sindico de Barcelona; por Valencia figuraban los hermanos Bonifacio y Vicente Ferrer,
eclesiásticos y expertos en Derecho, y Giner Rabasa, doctor en leyes.
Todos ellos reflexionaron sobre quien debería reinar. El 28 de julio
de 1412 Vicente Ferrer leía en público el acuerdo alcanzado por todos ellos.
Con seis votos a favor, dos en contra y una abstención, fue elegido Fernando de
Trastámara, conocido con el apodo de "El de Antequera" en recordatorio
de uno de sus triunfos militares.
El nuevo monarca era una buena apuesta para los intereses económicos
de la Corona. Con él se introduce en el trono aragonés una dinastía de estirpe castellana.
El castellano pasó a ser el idioma de la corte imponiéndose a partir de ahora
en todos los rincones de la Corona. Se reforzo la monarquía en los cuatro años
de su reinado y continuó con la política matrimonial tendente a buscar a medio
plazo la unión con Castilla.
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia, s. XV
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