Estar como putas en cuaresma
(Leído en una publicación de Gozarte en Facebook)
Seguro que alguna vez habéis oído esa expresión de "Estar como putas en cuaresma", ¿verdad? ¿Y de dónde viene? Pues la cosa arranca de que cuando empezaba la Cuaresma el negocio bajaba considerablemente, y en algunas ciudades incluso tenían que marcharse. En Salamanca conservan una tradición relacionada con eso que me encanta.
La cosa viene nada menos que del siglo XVI, cuando Salamanca es famosa en toda Europa por su universidad. 8.000 estudiantes, que se dice pronto, y claro, con los estudiantes… pues de todo un poco y de prostitución un mucho. El mayor burdel de Europa, dicen las malas lenguas. Sodoma y Gomorra todo junto, vamos. La cosa venía de lejos (acordaos de “La Celestina“, que entre sus muchas habilidades contaba con la de remendar virgos y dejarlos como nuevos), y de la calidad de los servicios ofrecidos en la ciudad sirvan como testigo estos versos:
A Toledo, por la espada.
A Valencia, por las frutas.
A Rioja, por bon vino
y a Salamanca por putas.
Puro lirismo, ¿a que sí? Tan escandaloso debía ser el asunto que ya el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, lo organizó con el obispo para agruparlas a todas en la Casa de la Mancebía bajo la tutela de un personaje al que se conocía con el poético nombre de “padre putas” (ya que solía ser un sacerdote e incluso canónigo de la catedral), que debía encargarse de suministrarles alimentos, medicinas… pero también de mantener el orden, algo que debía ser harto complicado. Obviamente tan alta responsabilidad no podía dejarse en manos de cualquiera, y el elegido tenía que contar con el beneplácito del ayuntamiento. Por cierto, hoy el “Padre Lucas” es el cabezudo más querido de Salamanca. Os imagináis de dónde viene el nombre, ¿verdad?
El caso es que por si faltaba animación, en 1543 llega la Corte, porque el príncipe Felipe (el futuro Felipe II) se va a casar allí con María Manuela de Portugal. Y claro, la ciudad organiza unos festejos como Dios manda, con un de todo: corridas de toros, justas, torneos… Esto en el programa oficial, pero en el extraoficial… juerga garantizada para todos. Tabernas a gogó, pícaros y celestinas, casas de mancebía en cada esquina y prostitutas para todos los bolsillos. Un no parar, vamos. En Salamanca se peca contra el sexto y contra todos los demás mandamientos escritos y por escribir, y el rey se queda tan escandalizado de lo que ve y de lo que le cuentan que decide tomar cartas en el asunto. ¿Qué hace? Pues deja bien clarito que por lo menos durante la Cuaresma nada de carne, ni de una ni de la otra, y como no se fía mucho de sus despendolados súbditos salmantinos ordena que cuando llegue el Miércoles de Ceniza todas las prostitutas pasen en barca a la otra orilla del Tormes, conducidas, como no, por el ”padre putas”.
Las pobrecicas mías no podían acercarse a menos de una legua de la ciudad so pena de ser castigadas con 100 azotes, de donde viene la frase “Estar como putas en Cuaresma“, o sea, sin un real.
Etiquetas: Ayudando a Supereñe (y a sus amigos guiris)
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