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lunes, agosto 26

Billy el niño, ¿una segunda oportunidad?



(Un artículo de Carlos Díaz Maroto publicado en el suplemento Crónica de El Mundo el 22 de agosto de 2010. La redacción es terrible, por cierto)

Un disparo destelló en la oscuridad, y el joven pistolero cayó abatido. BilIy el Niño había sucumbido ante el arma del sheriff Pat Garrett, mientras seguía a la vana espera de un indulto que nunca se concretó. […] Vida que, por supuesto, está tan envuelta en leyenda que muchas veces resulta difícil separar lo que hay de mito y lo que hay de realidad. Inclusive elementos como la zurdera del pistolero (su foto más famosa es un ferrotipo, proceso que invertía la imagen, por lo cual era en realidad diestro) o su nombre auténtico aún son objeto de estudio. 

Conocido como Henry McCarty, así como Henry Antrim, si bien el apelativo más popular fue WiIliam H. Bonney (su padre pudiera haber sido Patrick Henry McCarty, Michael McCarty o William Bonney), se supone que nació el 23 de noviembre de 1859 (el lugar también es un misterio: se baraja desde el estado de Nuevo México hasta la ciudad de Nueva York), que se dedicó principalmente al robo de ganado y caballos, y que comenzó a forjarse un nombre cuando se estableció en Lincoln County, Nuevo México, en otoño de 1877, donde entró a trabajar para el ranchero John Tunstall. Su caída en el otro lado de la ley muchos estudiosos la atribuyen a la fascinación que ejercieron sobre el muchacho las dime novels (precedente de la literatura pulp), novelas baratas de lectura fácil, donde se mitificaba el crimen; otros, quizás más realistas, aludian al escuálido físico del joven, que hacía que siempre llevara las de perder en el enfrentamiento con muchachos. 

En su vida, se dice que mató a 21 hombres («uno por cada año de su vida»), pero lo más probable es que no fueran más que nueve, si bien otras fuentes reducen la cifra hasta tres. 

Pronto, en Lincoln County se desata una guerra de rancheros, y Billy, como muchos otros vividores de la zona, toma partido por el bando de Tunstall, obviamente, tras ser éste asesinado. Se ha mitificado mucho la figura de BilIy the Kid, como se ha dicho, pero lo cierto es que no era sino un pistolero a sueldo (algo muy similar a lo acontecido con otro forajido de leyenda, Jesse James, también muerto en condiciones mitificadoras). De cualquier manera, también gran parte de la mala fama que consiguió se debió a exageraciones intencionadas por parte de determinados sectores con el fin de distraer la atención pública de las deshonestas actividades de una facción en aquella guerra, y el apoyo que ésta recibía desde Santa Fe, y muy en particular por parte de un líder político regional, Thomas Benton Catron.
En todo caso, pronto su cabeza es puesta a precio, y se inicia una persecución enconada contra él. Fue capturado y escapó de la cárcel varias veces, por medio de unas habilidades contorsionistas propias de Houdini. 

El 17 de marzo de 1879 el general Lew Wallace se reúne con BilIy ofreciéndole el perdón por sus crímenes si acepta a cambio declarar en un juicio por un asesinato del que él fue testigo. El joven acepta, pero de la amnistía no volvió a saber nada: intereses políticos y literarios (el gobernador estaba más enfrascado en escribir su célebre best seller, que años después volvería a popularizar Charlton Heston) por parte de Wallace condujeron a que éste olvidase su promesa y dejase al forajido en la estacada.
Por aquel entonces, por la región rondaba también un alto y fuerte cazador de búfalos y ocasional camarero y agente de aduanas llamado Pat Garrett (1850-1908). La tradición refiere que Pat y BilIy se hicieron grandes amigos, pero en realidad tampoco hay constancia de que fuera así. El caso es que, hombre ambicioso, Garrett se presenta a las elecciones de sheriff en Lincoln County, dado que el anterior, George Kimbell, dimite cuando aún le quedaban dos meses de cargo, y gana el puesto en noviembre de 1880; sólo un mes después el flamante sheriff organiza una batida para arrestar a BilIy el Niño. 

El 14 de julio de 1881, tras diversos intentos fallidos de arresto, Garrett y dos comisarios, John Poe y Thomas McKinney, visitan por la noche a un amigo de Billy, Pedro (o Pete) Maxwell, que habita en Fort Sumner, para interrogarlo, pues se rumorea que el joven pistolero ronda por la zona. Mientras están hablando, el forajido aparece, ya que se hallaba durmiendo justamente en la habitación de al lado, y se había despertado acuciado por el hambre. 

A partir de ahí, una vez más, no queda claro lo que sucede. Una de las versiones refiere que en la oscuridad del cuarto Billy no es capaz de reconocer a los visitantes, y exclama en español «¿Quién es?». Garrett reconoce la voz, desenfunda y dispara contra el muchacho: la primera bala da en el corazón, mientras que la segunda se pierde; murió casi al instante. La otra versión refiere que el Niño fue víctima de una emboscada y asesinado a sangre fría. Hay opiniones para todos los gustos, si bien no pocos historiadores claman que existen declaraciones que corroboran la segunda de las versiones, y el cine ha popularizado especialmente esta última, como en la mítica película de Sam Peckinpah Pat Garrett & Billy The Kid (1973). De hecho, Garrett declararía que el muchacho apareció con una pistola, si bien no se encontró arma alguna junto a su cuerpo; otros, sin embargo, dicen que surgió provisto de un cuchillo de cocina (la conversación se estaba produciendo precisamente en la cocina, y BilIy procedía de un cuarto). 

Así pues, al día siguiente, el juez de paz, Milnor Rudulph, firma el certificado de muerte de McCarty, muerto a los 21 años. Pero Garren no está de acuerdo con lo que en él consta y le hace escribir otro que se incline más a su favor. Billy el Niño es enterrado en el antiguo cementerio militar de Fort Sumner, al lado de otros compañeros de su banda. 

Robada su lápida (que comparte con sus dos camaradas) en diversas ocasiones, se ha tenido que cercar la misma con unos barrotes, y también se cuenta que el joven sobrevivió, escapó y se estableció en otra localidad. 

Novelas (una de ellas de Ramón J. Sender, El bandido adolescente, de 1965), poemas, obras teatrales, películas, debidas a cineastas del nivel de King Vidor, Howard Hawks o Sam Peckinpah, canciones (de intérpretes como Bob Dylan, Jon Bon Jovi o incluso Melendi), o bandas de rock con su nombre y hasta un ballet de Aaron Copland, han aparecido desde entonces. Billy el Niño ha terminado convertido en leyenda. 

En cine o televisión ha sido encarnado por rostros como Tefft Johnson (el primero que Je dio vida, en 1911), Audie Murphy, Paul Newman, Dennis Hopper, Kris Kristofferson o Val Kilmer, entre otros muchos, si bien estaba más cerca del Gabino Diego de iAy Carmela! 

Por su parte, Pat Garren publica en 1882 un libro titulado An Authentic life of BilIy the Kid, que sin embargo le escribió un negro, su amigo Marshall Ashmun Upson, y que fue todo un fracaso de ventas. El 29 de febrero de 1908, mientras Pat conduce una calesa desde su rancho hasta la localidad de Las Cruces, es disparado en la cabeza y el estómago y muere; aún no ha quedado del todo claro quién fue su asesino. 

Todo podría haber acabado ahí, pero ahora el caso se ha reabierto de nuevo ante el intento del actual gobernador de Nuevo México y presidente de la Asociación de Gobernadores Demócratas, de concederle la amnistía que otrora se le negó. Para ello, BilI Richardson (que tiene raíces hispanas, una etnia con la que Billy mantuvo cordiales relaciones, y cuyo idioma hablaba con habilidad y frecuencia) está dando los pasos oportunos, aunque se ha encontrado con diversos obstáculos. 

Ya con anterioridad, en 2001, un legislador de Nuevo México intentó conseguir el perdón para Billy, pero en aquel entonces se le opuso el descendiente del sheriff William Brady, que fue muerto en una emboscada en 1878, al sur de Nuevo México, por parte de un grupo de forajidos entre los cuales se hallaba el Niño. Ahora, nuevamente, han surgido voces discordantes que pretenden que no se le indulte. Tres nietos y dos bisnietos de Pat Garrett están intentando evitarlo; Susannah Garrett, de 55 años, una de las nietas, refiere: «Ésta es nuestra historia, es importante para Nuevo México y no podemos alterarla de manera arbitraria», y también comenta que el perdón representaría «una difamación » para su abuelo», en declaraciones a Associated Press. 

Como en un culebrón, ha surgido otra voz, la de Ebert García, de Santa Rosa, Nuevo México, un ejecutivo aeroespacial retirado y setentón que dice ser nieto de Billy, y que solicita el perdón de su abuelo. Los Garrett, sin embargo, contraatacan. «Si Billy el Niño estuviera viviendo entre nosotros ahora, ¿le concedería el perdón a alguien que se ganaba la vida como un ladrón y, más palmariamente, que mató a cuatro agentes del orden público y a otros muchos?», es lo que la familia escribió a Richardson el mes pasado. Y otro de los Garren, Jarvis Patrick, de 51 años, añade: «La gente ha olvidado que Pat Garrett fue uno de los primeros individuos en traer la ley y el orden a Lincoln County». Por su parte, Bill, de 72 años, cuyo abuelo fue hermano de Pat, sentencia: «Soy muy apasionado respecto a esto. Él [Bonney] era un asesino». 

Mientras, Billy el Niño sigue yaciendo en su tumba, acompañado de sus antiguos compañeros de armas, y esperando a que se dirima este duelo actual, que no dudamos tendrá nuevas entregas, como esas dime novels que tanto parecían gustarle.